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Las pymes, motor fundamental para la recuperación

Por Fernando Martín
viernes 15 de mayo de 2015, 04:58h
La economía española, según los últimos indicadores económicos, incrementó a finales del pasado año el ritmo de crecimiento de la actividad.
Esta aceleración, impulsada por el repunte del consumo y de la inversión es una buena noticia, ya que refleja una mejora de la situación económica para empresas y familias. Por ello, las principales instituciones económicas han elevado sus previsiones económicas para el presente ejercicio.

Dicha mejoría, no obstante, se debe evaluar con la prudencia necesaria, dado que los antecedentes reflejan una crisis muy profunda, con graves daños en las estructuras económicas y en el tejido empresarial en nuestro país. Se trata, por tanto, del principio de un proceso que debería conducir a la generación de empleo y la reducción de la elevada tasa de paro próxima al veinticinco por ciento.

Entre los principales perjudicados por la crisis destacan las aproximadamente 303.000 pymes, de las que prácticamente la mitad tenían menos de diez empleados, y alrededor de 300.000 autónomos. Son éstos los primeros en sufrir los efectos de la crisis, y los últimos en apreciar los síntomas de recuperación.

Dado que las pequeñas y medianas empresas concentran casi el 75 por ciento del empleo y representan el 99 por ciento del total de empresas, recomponer este tejido empresarial no resultará fácil. Por tanto, la verdadera recuperación de la actividad, la inversión y el empleo en valores previos a la crisis requiere, en gran medida, la mejoría económica de este tejido productivo tan sensible.
Para favorecer PYMES y autónomos se deben eliminar los obstáculos que frenan la actividad empresarial, entre los que representa un lugar prioritario la dificultad de acceso a la financiación.

A pesar de que, últimamente se observa una ligera mejoría del crédito para pymes, todavía se parte de volúmenes de financiación total para nuevas operaciones muy reducidos.

Relacionado con el tema de la financiación, destaca otro problema de nuestro sistema económico, como es la elevada tasa de morosidad, con mayor incidencia en las pymes. Así, en los años de crisis además de la ausencia de recursos financieros, las pymes han sufrido los retrasos en los pagos, tanto de otras empresas como de la Administración.

Además, es fundamental una mejora del marco fiscal. En ese aspecto, la reciente reforma fiscal en referencia al Impuesto sobre Sociedades debería hacer considerado la necesidad de tipos orientados hacia la mejora de la capacidad competitiva de las pymes.

Asimismo, se precisa una reducción de las cotizaciones sociales que perjudican la creación de empleo, puesto que el sistema actual ha supuesto un incremento de los costes para las pymes por dichos conceptos.

Finalmente, señalar el exceso de trámites burocráticos y cargas administrativas para nuestras empresas, a pesar de que se han producido algunos avances, simplificando los mismos.En definitiva, se trata de abordar los factores anteriormente señalados, en aras de garantizar un nuevo modelo económico estable, que favorezca el desarrollo y crecimiento de empresas que permitan la generación de empleo. III
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