En mayo se cumplirá un año desde que Carme Ruscalleda capitanea la práctica totalidad gastronómica del hotel
Mandarin Oriental de Barcelona. La chef catalana relevó en Blanc al gaditano Angel León –centrado en su biestrellado Aponiente- , recuperó el nombre original del espacio –
Restaurante Blanc- y se marcó como anhelo prestigiar la cocina mediterránea proyectándola internacionalmente. Una proyección, que la dirección del hotel persigue desde hace años.
Fue el malogrado Jean Luc Figueras quien capitaneó la oferta del grupo también apoyada en el producto fresco de temporada –como ahora-, las recetas básicas, medias raciones y los precios asequibles. Desde que en 2016 Ruscalleda fuese embajadora de Catalunya Regió Europea de la Gastronomia y recibiera el Premio al Mejor Restaurante de Catalunya que otorga anualmente la Academia Catalana de Gastronomia i Nutrició no ha dejado de trabajar en este sentido.
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