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Montaje de dos imágenes que ilustran dos realidades que se dan a pocos kilómetros de distancia en la comarca y que demuestran la desigualdad existente.
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Montaje de dos imágenes que ilustran dos realidades que se dan a pocos kilómetros de distancia en la comarca y que demuestran la desigualdad existente. (Foto: Ferry Ameling y archivo)

Solo 10 kilómetros separan los barrios más pobres de los más ricos

Por Francisco J. Rodríguez
viernes 07 de febrero de 2020, 04:45h
La parte sur de San Cosme tiene la renta media por hogar más baja de la comarca.

  • Rentas medias por persona y hogar de los municipios de la comarca.

En el Baix Llobregat, tan solo 10 kilómetros separan hogares que viven con poco más de 17.000 euros al año de otros que ingresan, como poco, 90.000 anualmente. En el extremo inferior del ránking encontramos el sur de Sant Cosme, en El Prat, en donde las familias sobreviven con 17.053 euros al año, mientras que el liderazgo de las rentas lo codician tres zonas: Gavà Mar, los alrededores del Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues en Ciutat Diagonal y la parte de Bellamar del ámbito de Can Vinyes, en Castelldefels.

Según datos publicados por primera vez por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en estas tres zonas de la comarca la renta media por hogar es como mínimo de 90.000 euros. Y decimos como mínimo porque la confidencialidad del secreto estadístico esconde la cifra real, que puede ser muy superior. Reservas para con los barrios más pudientes que no parecen corresponder a los más desfavorecidos, señalados en rojo en un mapa de desigualdades que, lejos de reducirse tras la pregonada recuperación post crisis, van a más. Sin ir más lejos, la renta del 20% de las personas más ricas de la metrópolis quintuplica la del 20% más pobre, según alerta un estudio reciente de la Fundació Catalunya Europa.

Las cifras comarcales
Los datos publicados por el INE corresponden al año 2016 y hacen referencia a toda una serie de indicadores, desde las ya mencionadas rentas media por persona y por hogar hasta el origen de los ingresos de las familias. La información está dividida por municipios, distritos y secciones censales, por lo que es posible comprobar fácilmente los datos casi calle a calle -consultar nuestra web www.elllobregat.com para encontrar información detallada de cada distrito y sección censal de la comarca-.

En el análisis global, la renta media comarcal por persona asciende a los 13.513 euros. Por debajo de este umbral se encuentran 17 municipios del territorio [ver mapa], lugares en donde, de media, sus ciudadanos no pasan el año con ingresos superiores. Es en la ciudad más grande del territorio, en L’Hospitalet, donde la media es más baja, con 10.637 euros por persona, en contraposición a Sant Just Desvern, que casi dobla el número con 19.979 euros.

Renta media por persona (2016)

A la hora de hablar de la renta media comarcal por hogar la situación se iguala algo más. Dicha media es de 37.523 euros de ingresos al año por hogar, y 15 localidades ofrecen cifras inferiores a esa cantidad. En este otro ránking repiten primer e último puesto L’Hospitalet y Sant Just Desvern, siendo esta segunda la que cuenta con la renta media por hogar más alta del territorio -54.050 euros- y la ciudad ribereña la que tiene el promedio más bajo, con 28.438 euros.

Renta media por hogar (2016)

Si se estudian los datos a nivel de distritos y secciones censales las desigualdades entre zonas se hacen más evidentes. En el Baix Llobregat y L’Hospitalet hay cerca de 800 subdivisiones de este tipo, y de éstas casi 600 están por debajo de la renta media comarcal por persona, que es de 13.513 euros. El panorama es similar a la hora de analizar las diferentes rentas medias por hogar del territorio, habiendo 618 secciones por debajo de ésta -que es de 37.523 euros-.

¿Un norte y centro más acomodados?
De los datos se puede extraer una conclusión global. Y es que la zona norte y partes del centro de la comarca presentan unas cifras mejores que las del sur, tanto a nivel de rentas por persona como por hogares. Existe, por tanto, una dicotomía entre zonas urbanas y rurales contraria a la de la tendencia estatal, que ofrece una España rural empobrecida en comparación con las zonas más urbanizadas. Sin embargo, a medida que se hace zoom sobre el mapa comarcal se detectan casos que hacen replantearse esa idea preconcebida.

Uno de ellos es el barrio de Buenos Aires de Martorell, que presenta la renta media por hogar y por persona más bajas del Baix Llobregat Norte, con 25.018 y 9.000 euros, respectivamente -unas cifras que descienden a unos 8.500 euros en algunas calles de esta zona y partes del Camí del Fondo-.

Siguiendo río abajo encontramos al barrio de Can Ros de Sant Vicenç dels Horts, que ofrece una renta media por hogar de 23.758 euros, también alejada del promedio comarcal y entre las más bajas de la comarca. Y llegando al sur de la comarca encontramos a ciudades como Cornellà o L’Hospitalet, cuyas secciones censales más pobres están a la cola comarcal. En el caso de L’Hospitalet destacan las diferencias entre un norte empobrecido, con zonas en las que a duras penas se superan los 25.000 euros de renta media por hogar, y un Centro en el que se llegan a alcanzar los 38.600 euros.

De hecho, es en esta ciudad donde se encuentra la segunda sección censal con menor renta media por hogar, la que corresponde a los Bloques de la Florida, con 17.847 euros y entre el 6% más pobre a nivel nacional. En la vecina Cornellà encontramos la tercera sección más pobre de la comarca, el eje formado por las calles Bugenvil·lea y Bruc, en Sant Ildefons. De aquí para arriba en el ránking de los más pobres casi todas las zonas pertenecen a estas dos ciudades, y tan solo se cuelan Camps Blancs, -con 21.770 y 22.504 euros respectivamente- y el norte de la Cooperativa, con 22.623 euros, ambos en Sant Boi.

¿De qué viven nuestros vecinos?
Otra de las diferencias remarcables entre los barrios pudientes y los que pasan apuros es el origen de los ingresos. Mientras que en el sur de Sant Cosme, la zona del Baix Llobregat con menos renta por hogar -y entre el 4% más pobre a nivel español-, el salario representa el 53% del total de ingresos y las prestaciones sociales y el desempleo el 24%, en el extremo opuesto de Bellamar el capital y las actividades económicas casi están a la misma altura que el salario -un 41% frente a un 53%-, y el paro y las prestaciones representan tan solo el 1,3%. Una tónica que se repite, con mayor o menor intensidad, en el resto de barrios con la misma tipología y que muestran las diferencias y desigualdades económicas existentes en una franja de terreno tan pequeña. III

Más solidaridad entre los municipios de la metrópolis, la receta contra la desigualdad

Dos estudios recientes han puesto sobre la mesa la realidad del día a día de muchos ciudadanos del área metropolitana y del aumento de las desigualdades. Uno de ellos es la estadística metropolitana sobre condiciones de vida, elaborada por el Instituto de estudios regionales y metropolitanos de Barcelona (IERMB), que pone de manifiesto que los niveles de desigualdad en la distribución han variado muy poco. De hecho, uno de cada cinco habitantes de la metrópolis vive en riesgo de pobreza -unas 683.800 personas-.

Por otro lado, la Fundació Catalunya Europa publicó otro informe sobre desigualdades en el área metropolitana casi de manera paralela, y en el que se indica que el 20% de la población más rica quintuplica la renta del 20% más pobre. Marc Tataret, uno de los autores del estudio, explica a El Llobregat que la brecha de las desigualdades no se ha reducido en los últimos años, durante la pregonada recuperación económica.

Tataret lo achaca a la precariedad laboral, porque aunque actualmente haya más personas trabajando que hace una década, la calidad de los contratos no es la óptima. Con todo, la poca redistribución de la riqueza genera que haya zonas, como el Besòs y el Llobregat, que presenten índices preocupantes, mientras que otras, como la adyacente a Collserola, ofrezca mejores datos.

El investigador recuerda que hay municipios que, al no tener industria ni tampoco albergar otras actividades de valor añadido, no cuentan con los mismos ingresos que otros que sí que tienen. Para revertir esta situación y reducir la brecha, proponen un mecanismo metropolitano de redistribución de la riqueza y aboga por la solidaridad entre municipios. “Dejar de mirarse el ombligo”, lo resume Tataret. En este sentido, considera que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha de velar por evitar las desigualdades y conseguir más competencias para avanzar en esa senda.

Coincide el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos del Baix, Julián Carrasco, que considera necesario la existencia de un planteamiento metropolitano y dotar al AMB de más competencias para afrontar las desigualdades.

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