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Anne Mcewan, fundadora de The British School of Barcelona

“Cuando comenzaron los colegios británicos aquí no había legislación”
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“Cuando comenzaron los colegios británicos aquí no había legislación”

Por Francisco J. Rodríguez
viernes 07 de febrero de 2020, 06:29h
Entrevista a Anne Mcewan, fundadora de The British School of Barcelona, en Castelldefels. Condecorada recientemente con la Orden del Imperio Británico.

  • Anne McEwan recibe la medalla con la Orden del Imperio Británico de manos del príncipe Guillermo.

The British School of Barcelona es una isla anglosajona en pleno Delta. Una manera de sumergirse en la lengua inglesa, como si nos encontrásemos en el mismísimo Piccadilly Circus. Nos recibe el equipo de comunicación del colegio y su fundadora, Anne McEwan, acompañada por su marido Josep Farré. Comenzó su labor en el The Anglo-American School de Castelldefels, a poca distancia del actual British School, a donde se mudaron en 1999 para conseguir más espacio. Anne acaba de ser investida con la Orden del Imperio Británico por su servicios a la educación británica en España. Enseña la medalla e insiste en fotografiarse con su esposo. “La mitad de este mérito es tuyo”, le dice.

Confieso que es la primera vez que entrevisto a una persona que ha recibido la orden del imperio británico.
Es un honor, la verdad. Para los británicos es algo muy importante. Recibí este honor en verano, en el Queen’s Birthday Honours, el cumpleaños de la Reina. En noviembre recibí la medalla en Buckingham Palace, pero no sabes hasta el último momento quién va a entregártela. A mí me tocó el príncipe Guillermo.

¿Qué habló con el príncipe en ese momento?
Me preguntó sobre mi trabajo y la enseñanza británica en España. Le expliqué el trabajo que he hecho a lo largo de los años para la Asociación Nacional de Colegios Británicos en España (NABSS) y también que hay más de 70 en este país, cosa que le sorprendió mucho.

Tengo entendido que costó mucho que se reconocieran a los colegios británicos en España y que se validaran los estudios que allí se realizaban. ¿Fue por alguna cuestión olítica?
Cuando comenzaron los colegios británicos en España no había legislación ni reconocimiento de estudios, pero era una cosa general en todos los países, excepto aquellos colegios con los que ya había acuerdos, como el Liceo Francés o el Colegio Alemán, que estaban financiados por sus propios países. Parte de mi trabajo era buscar el reconocimiento de los colegios británicos y buscar apoyo.

¿Por qué no se apoya económicamente desde el Reino Unido a los colegios británicos?
No veían necesario, supongo, invertir dinero público fuera de Gran Bretaña. Todos los colegios británicos Trabajamos con el Ministerio y la Embajada para llegar a acuerdos para después que se han establecido en España lo han hecho mediante iniciativas privadas.

Los orígenes

Usted es nacida en Escocia. ¿Vuelve mucho a su país? ¿Qué relación mantiene con él?
Solo a nivel familiar. Mi contacto con los británicos es a través de NABSS y la embajada en Madrid.

En los años 60 del siglo pasado usted llega a Barcelona desde su Escocia natal. ¿Qué le empujó a hacerlo?
Cuando salí de Escocia no tanta gente se marchaba del país, y mis padres no estaban muy contentos. Me acuerdo de mi padre que me decía, como último recurso para convencerme de que me
quedara: “Anne, tienes que devolver a tu país parte de lo que has recibido”. Creo que ahora mi padre estaría orgulloso por mi trabajo en la enseñanza británica en España.

¿Vino directamente a Castelldefels?¿Qué recuerda de aquella época?
Un grupo de amigas, con veintipocos años y siendo todas profesoras, queríamos ver el mundo, y decidimos venir a España. No era nuestra intención venir y establecernos, ya que íbamos a viajar por diferentes países. ¿Y qué pasó? Pues lo típico... Gastas todo tu dinero, y como mis padres no estaban conformes con el viaje no les volví a pedir. Y empecé a buscar trabajo.

Enseñando inglés.
Sí, en la academia Berlitz, en la calle Pelayo, en Barcelona. Fue en el 1966. Pero después me cansé por los horarios, y descubrí que ya existía un pequeño colegio en Castelldefels: The Anglo-American School, en el paseo Garbí, cerca de la playa. Y fui a buscar trabajo.

La acabaron contratando y más adelante pasó a dirigirlo. Y aquí en Castelldefels conoció a Josep, su marido. ¿Cómo recuerdan la ciudad por aquel entonces?
Era un sitio muy pequeño y en la zona de la playa las calles no estaban ni asfaltadas. [Entra en la conversación su marido, Josep Farré]: En el colegio hacíamos los recreos en la calle. Si venía, de vez en cuando, algún coche, se apartaban los niños.

¿Cuál era la relación del colegio con Castelldefels? ¿Había alumnos de la ciudad?
En el año que entré a trabajar ya se marchaban los americanos de la Sexta Flota, que estaba anclada en Barcelona. El colegio continuó para otras familias extranjeras que había por aquí, pero también para las de la zona. Tenían visión de futuro aquellos padres que matriculaban a sus hijos en nuestro colegio. [Josep Farré]: Había ya mucho turismo por entonces y los padres eran conscientes de la importancia del inglés. [Prosigue McEwan]: Pero se quedaban hasta los 10 u 11 años, que es la Primaria, porque los padres se preocupaban por el reconocimiento de la titulación. Percibí esta preocupación y fue una de las tareas en las que trabajamos a través de la NABSS, y acabamos consiguiendo el reconocimiento de estudios, justo antes de que España entrara en la Unión Europea.

En 1985 pasan a ser propietarios del colegio. ¿Fue difícil tirar adelante con el centro educativo?
No significó un cambio importante. Los dos trabajábamos en el colegio. Josep en la administración y yo como profesora. Pero además teníamos un internado en el colegio y hacíamos como de
padres, llevábamos a los alumnos a todas partes. Llegamos a tener hasta 40 niños. Estábamos bastante integrados en Castelldefels.

¿Había niños de todo el mundo?
Sí, era muy internacional. Me acuerdo de niños iraníes. En Irán, tras la revolución, los padres estaban preocupados porque sus hijos, a los 14 años, tenían que ir al ejército. Los padres que podían los enviaban aquí para evitarlo.

Muchos orígenes y circunstancias que se daban lugar en el centro...
Y también tuvimos a niños australianos, de padres que venían a buscar petróleo en el Mediterráneo, y cuando la construcción de la central nuclear de Ascó, los hijos de los que la hicieron venían a nuestro colegio.

En 1999 se funda el nuevo edificio en los terrenos de la calle Ginesta. ¿Qué les empujó a cambiar de ubicación?
El edificio del paseo Garbí era para un grupo pequeño y nosotros íbamos creciendo. Era todo muy justito, y no teníamos nuestras propias instalaciones deportivas y teníamos que llevar a los niños en bus a una pista deportiva. Durante años estuvimos buscando un solar, hasta que lo logramos en 1989, antes de que existiera el Canal Olímpico.

¿Por qué se tardó una década en hacer realidad el nuevo colegio?
Buscar recursos para construir el nuevo edificio fue complicado. Hubo algún problema referente a expropiaciones, pero finalmente se pudo arreglar. A lo largo de los años siempre hemos tenido una relación cordial con el Ayuntamiento de Castelldefels; de hecho, durante años formé parte del Consejo Escolar. Más bien los problemas vinieron a la hora de encontrar fondos.

Le cito: “He visto el progreso de esta escuela, desde una casita a las maravillosas instalaciones actuales”. ¿Qué siente cada vez que vuelve a este edificio?
Mucho orgullo y satisfacción por haber puesto la semilla nosotros. No ha sido fácil, nada es fácil en esta vida. Las cosas no crecen en los árboles. Hay esfuerzo, y nosotros nos esforzamos mucho y conseguimos el colegio.

Presente y futuro Cambiando ligeramente de tema, el nivel de inglés en España a menudo deja mucho que desear… ¿A qué atribuye esta falta de don de las lenguas?
No sé qué decirte. España es muy grande, pienso que en realidad sí que hay deseo por parte de los gobiernos y ministerios de introducir otros idiomas en la enseñanza. Creo que intentan introducir el bilingüismo con el inglés. En Madrid, por ejemplo, tienen un sistema operativo de bilingüismo con el inglés. En otras autonomías tienen sus propias lenguas que tienen que promover también, y quizás el inglés no tiene tanta importancia. Nosotros, en nuestro trabajo, pensamos que hoy en día el inglés, para moverte por el mundo, es necesario hablarlo.

¿Les preocupa las consecuencias que puedan sufrir tras el Brexit?
Trabajamos con el Ministerio de Educación y la embajada para llegar a acuerdos bilaterales para después del Brexit, y así facilitar la llegada de profesores británicos a nuestro colegio, como hasta ahora. Gracias a estas negociaciones no creemos que nos afecte más allá.

Cognita, el grupo internacional que ha permitido incrementar la oferta educativa y los recursos de The British School of Barcelona

The British School of Barcelona fue adquirida en 2007 por el grupo educativo internacional Cognita, que cuenta con 77 colegios en todo el mundo, siete de ellos en España. El grupo, del que Anne McEwan es consejera, lleva a cabo una tarea de apoyo a los centros educativos que favorece su crecimiento y mejora del proyecto educativo, el cual no se ve alterado ni modificado por el hecho de pertenecer a este grupo internacional.

La introducción de The British School of Barcelona en Cognita ha permitido incrementar la oferta educativa y los recursos, además de ayudar a la evolución de sus instalaciones, como la creación de un edificio de Secundaria, un gimnasio, un teatro o el flamante campo de rugby, reconocido por la Federación de Rugby y adaptado también para la práctica fútbol 7 y 11.

Los terrenos en los que se ha construido el terreno de juego, en marcha desde septiembre, son una concesión del Ayuntamiento de Castelldefels. El centro ha hecho el campo y tienen uso preferente del mismo durante el horario lectivo y las horas extraescolares. Por la tarde y los fines de semana, las instalaciones son compartidas con otros clubs de la ciudad.

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