La mediación policial y la presión de los vecinos expulsan a los okupas de un chalet de Sant Boi

Final Feliz. Los okupas que este domingo habían entrado ilegalmente en un chalet del barrio de Marianao en Sant Boi, aprovechando que estaba fuera de España y estaba vacío porque lo tenía a la venta, se han rendido y han abandonado la vivienda voluntariamente por su propio pie, después de una negociación con la policía local. La derrota de los allanadores es en cierta medida una consecuencia de la presión de los vecinos del barrio, que este lunes por la tarde han logrado reunir a unas 200 personas, según los participantes, (unas 60, según el parte de la policia local) que se han concentrado frente al inmueble -ubicado en el número 33 de la calle Oms- reclamando su desalojo.

Las protestas del vecindario comenzaron el lunes por la tarde cuando se descubrió la okupación y pudo fotografiarse a los allanadores bañándose en la piscina del chalet. Como el número de concentrados, todos muy enfadados por lo que estaba pasando, no paraba de crecer se personaron en el lugar varias patrullas de los Mossos d’Esquadra y de la Policía Local de Sant Boi para evitar incidentes y enfrentamientos.

Y es que la situación se estaba calentando por momentos, con una creciente indignación entre los vecinos que aguantaban estoicamente en la calle a más de 40º mientras los okupas se bañaban en la piscina del chalet e insultaban a los manifestantes llamándoles “fascistas”. “los vecinos querían entrar en la vivienda y echar a los okupas por las bravas”, ha explicado uno de los concentrados a El Llobregat.

Desalojo exprés el miércoles

Los mossos y los agentes locales intentaron contener a los vecinos, asegurándoles que se había llegado a un acuerdo con el juzgado yque este miércoles se iba a dictaminar un desahucio exprés de los allanadores de Marianao. Pero a los concentrados no les convenció la argumentación policial. “No nos fiábamos”, corrobora un testigo.

Como los ánimos se iban encendiendo cada vez más y los vecimos querían entrar en el chalet para expulsar a los allanadores, hacia las 20.00 horas, los Mossos d’Esquadra y la policía local entraron en la vivienda y, tras una intensa negociación, convencieron a los okupas de que la mejor opción era que abandonaran voluntaria y pacíficamente la vivienda. Acto seguido, los allanadores se marcharon de allí sin que se produjeran incidentes.

Cambio de cerraduras

Tras producirse el desalojo, familiares de los propietarios del número 33 de la calle Oms cambiaron todas las cerraduras de acceso a la casa, ya que los okupas las habían reventado para entrar. También fue necesario instalar una nueva alarma, ya que los allanadores rompieron la que había después de entrar en el chalet.

Los primeros okupas en entrar en el domicilio del número 33 de la calle Oms fueron una pareja con un niño, que lograron acceder al interior despúes de desconectar la alarma, que estaba en perfecto funcionamiento en ese momento. Horas después entraron otras cinco personas para defender el inmueble okupado de un posible intento de desalojo.

Asalto premeditado

Todo apunta a que los allanadores tenían perfectamente planeado el asalto a la casa y sabían que estaba vacía pues sus propietarios, que residen en Estados Unidos, acaban de ponerla a la venta después de haber estado largo tiempo alquilada.