Hablamos muchas veces que una parte de la sociedad se ha vuelto más incívica y que ese aumento del incivismo se refleja muy bien en el comportamiento de algunos aficionados en los campos de fútbol.
A pesar de que el fútbol es un escenario donde los aficionados expresan sus emociones de forma muy intensa no podemos permitir que determinados ‘hooligans’ vayan más allá con faltas de respeto e incluso actos violentos, que ponen en peligro la seguridad del resto de los aficionados que asisten pacíficamente a disfrutar del espectáculo. De seguir tolerándolo, la seguridad en el fútbol entrará en estado crítico.
Pero el incivismo y los malos modos no son problema solo en el fútbol, se dan también, con más frecuencia de lo que debería, en la sociedad. Por ello debemos insistir en una educación basada en valores, valores como la empatía, la solidaridad, el respeto y la tolerancia y trabajarlos desde la infancia asimilando desde pequeños principios éticos, morales y sociales.
Solo desde la tolerancia y la deportividad es posible disfrutar del fútbol o de cualquier deporte. Es cierto que es en el fútbol dónde se ha producido un aumento mayor del incivismo que requiere de actuaciones para combatirlo y garantizar que este deporte pueda ser disfrutado de manera segura y pacífica por los aficionados.
Para ello es necesario un mayor control por parte de las autoridades porque la falta de medidas efectivas para prevenir y sancionar el incivismo puede incentivar este tipo de comportamientos. Como no pasa nada... lo seguimos haciendo.
Es importante reforzar la seguridad contando con un adecuado dispositivo de seguridad en los estadios para prevenir y controlar cualquier tipo de comportamiento incívico y también son necesarias las sanciones a aquellos que incurren en comportamientos irrespetuosos o violentos, prohibiéndoles el acceso a los estadios e incluso retirándoles los abonos. La violencia no puede quedar impune.
Es fundamental impartir educación en valores a los jóvenes que practican fútbol, inculcándoles el respeto a los compañeros, rivales, árbitros... y concienciar y sensibilizar a los aficionados sobre la importancia de mantener un comportamiento respetuoso y civilizado no solo en el campo de fútbol sino también fuera.
En definitiva, solo promoviendo y fomentando una educación basada en el respeto y la igualdad, lograremos un buen comportamiento en el fútbol y también una convivencia pacífica en la sociedad. III
Si (
No(
