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“Tarde para la ira” (2016): Raúl Arévalo muestra su talento como director

“Tarde para la ira” (2016): Raúl Arévalo muestra su talento como director

lunes 12 de septiembre de 2016, 12:04h
“Las ideas son capitales que sólo ganan intereses entre las manos del talento”. Antoine de Rivarol
Raúl Arévalo Zorzo (Móstoles, Madrid, 22 de noviembre de 1979) trabajó como actor junto a Antonio de la Torre en “AzulOscuroCasinegro” a las órdenes de Daniel Sánchez Arévalo en 2006.

La última vez que lo entrevisté ya me dijo que quería ser director de cine, que era algo que le ilusionaba mucho, que era su gran sueño.

Ahora con “Tarde para la ira” su primer largometraje como director, a los 36 años, ya ha demostrado que en esa faceta tiene talento y que le espera un gran futuro. Estamos ante un thriller seco que va creciendo a medida que va avanzando, que tiene un guión sólido, con elementos de cine clásico, de cine cañí y de cine que sabe mezclar comercialidad y autoría. La propuesta no es totalmente redonda pero si brillante.

Comienza su carrera como actor en la serie de Antena 3 “Compañeros”, donde interpretó el papel de Carlos durante dos temporadas entre 2001 y 2002. Fue una oportunidad que le llegó cuando todavía no había terminado sus estudios de interpretación en la conocida escuela de Cristina Rota.

Su primera película fue “Los abajo firmantes”, en 2003. Además de los films citados, en su filmografía hay títulos importantes: “La playa de los ingleses”, “Siete mesas de billar francés”, “Ché: guerrilla”, “Los girasoles ciegos”, “Gordos”, “El patío de mi cárcel”, “También la lluvia”, “Primos”, “La vida inesperada”, “La isla mínima”, “Las ovejas no pierden el tren” y “Cien años de perdón”.

Tarde para la ira

“Tarde para la ira” comienza como un puzle en el que el espectador tiene que ir colocando las piezas. Se toma su tiempo para presentarnos a los personajes. Busca la cercanía. Y de repente da un giro para mostrarnos una venganza, para atraparnos en la butaca. La sinopsis nos aporta datos: José y Curro, uno con un oscuro secreto y otro recién salido de la cárcel, son dos hombres que deambulan alrededor de la violencia enquistada y el sentimiento de venganza

El guión es de nota, lo firman David Pulido y el propio Arévalo. Nos llevan a la periferia para crear un universo propio.

La fotografía de Arnau Valls Colomer es ideal para la historia que se cuenta.

Una de las claves para que el film funcione es su reparto, todos están bien, pero destaca sobremanera Antonio de la Torre, uno de los mejores actores españoles, y que en esta ocasión borda su personaje que parece estar escritor directamente para él, que recuerda a algunos de las películas de los hermanos Cohen. Antonio habla poco, tiene pocos diálogos, pero dice mucho con su mirada, con sus gestos. La escena del hospital en la que recibe una paliza y no se dá por vencido es definitoria. También está a un nivel alto Ruth Díaz, atrapada por la situación (su trabajo es de Goya), y sorprende mucho y lo clava Manolo Solo, lejos de lo que le hemos visto hasta ahora. Luis Callejo se complementa muy bien con Antonio de la Torre, su trabajo en varios momentos es de nota.

“Tarde para la ira” es firme candidata en varias categorías para los premios Goya. Nos muestra a un cineasta con un gran futuro y muy buen presente.

Raúl Arévalo logra impactar al espectador, dejarlo clavado en la butaca durante 92 minutos. El film es desgarrador, desasosegante, perturbador y tiene un final que no da concesiones.

El propio Raúl Arévalo aporta una de las claves de su ópera prima “(…) Se trata de una reflexión sobre la violencia enquistada y el sentimiento de venganza, aunque el objetivo de la película no es incitar al espectador a que piense sobre ello sino, simplemente contar esta historia”.

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