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Del rojo al verde
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Del rojo al verde

Por Lluis M Estruch
lunes 26 de julio de 2021, 12:07h

El río Llobregat, para los romanos era rojo, hoy nuestro torrencial río ha derivado desde hace años y en muchos tramos a un verde turbio.

Una de las causas es la proliferación de muchas plantas intrusivas, hasta un 80% que el profesor Pino de la UAB considera que constituyen unos “falsos jardines del Edén”. En su lista de “Life Invasagua” ya aparecen: las cañas, la falsa acacia, artemisas, hierbas de la Pampa… que han invadido las riberas y fértiles meandros, que constituyen el Delta llobregatense. El abandono en 1990 de suelos agrícolas y la proliferación de especies exóticas de la jardinería recreativa, han contribuido al desarrollo de esta masa vegetal.

Desde Sant Vicenç a el Prat, con un tramo de especial frondosidad; de 4,5 km de largo, 180 m de ancho y 3 m de fondo -entre Sant Boi y Cornellá-, nuestro río de peligrosas crecidas, se encuentra con un nivel de sedimentos que ha elevado el nivel del cauce y que a los diques naturales que lo limitan. Se les dificultaría el evitar las brechas hacia las tierras bajas colindantes de por sí inundables, como se refleja en las crónicas locales de 1962 y 1971: Sant Boi, el Prat, siempre las más afectadas, pero también Cornellá, Sant Vicenç, Sant Joan. Muchos “baby boomers” recordarán las inundaciones locales en campos y en zonas céntricas, y hasta la afectación del aeropuerto, en la más reciente y grave la del 2005.

El desastre alemán del río Ahr con sus lluvias intensas y la desaparición del pueblo de Schuld, junto los más de 200 muertos y los miles de desaparecidos, en las dos Renanias y Bélgica; son una advertencia que refuerza -la teoría del cisne negro-, del libanés Taleb. Lo improbable, lo no previsto o incluso lo imposible, acaba ocurriendo; sin que incluso los alemanes previsores y organizados de por sí, pueden evitar la magnitud de la tragedia de unas inundaciones, mucho más allá de las habituales en años precedentes y que requerirán ahora de grandes inversiones de más de 2.000 millones para reconstruir las infraestructuras afectadas y proveer de fondos sociales a los afectados.

El Llobregat lleva mucho tiempo sin ser drenado, la existencia de islas de sedimentos de finos limos, provoca meandros que dificultan el flujo fluvial y crean un colchón vegetal que aumenta el nivel y puede obstruir el fluir del agua torrencial.

Tras los traspasos de competencias, la responsabilidad máxima y total en los temas de policía de cauces y vertidos fluviales, recae en la ACA ahora dependiente de la consellera Jordá de Agricultura y Medio Ambiente.

Existen tablas, previsiones y sistemas de alerta -que en Alemania han fallado-, pero nos consta que los recursos para drenar los 2.430.000 m3 de lodos sedimentados y arborados en el tramo Sant Boi - Cornellá no están previstos, los entendidos estiman la necesaria movilización de 60.000 camiones de 40 m3 de capacidad, para suprimir estos islotes de vegetación intrusiva y facilitar el drenaje del cauce el que el Llobregat ya en su zona baja, para que pudiera desembocar, sin peligro para las poblaciones ribereñas.

Nuestro río, paso del rojo romano al verde turbio, pero que nunca pase al sucio marrón torrencial y nos dejé como en el pasado el negro del luto y la desolación de las inundaciones.
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