Año tras año se hace un copia-pega de partidas, sin evaluar el gasto realizado en ejercicios anteriores ni en la evolución de las necesidades de recursos en las diferentes áreas. Después de las advertencias formuladas por intervención, este año, por fin, incorporan una memoria de programas, aunque hay áreas que no han establecido indicadores y las que lo hacen, habrá que ver si realmente son útiles para hacer una evaluación de las políticas municipales.
De esta forma, desde que Cs propusimos en 2017 el plan local de vivienda, los presupuestos incorporan una partida de 48.400 € para estudios y trabajos técnicos para el plan local de la vivienda de los cuales nunca se ha ejecutado ni un euro. El primer año alabamos la partida, pero pasados 5 años incorporando una partida que nunca se ejecuta, ya no nos la podemos tomar en serio. Y lo mismo pasa con las inversiones reales que presupuestan. Sin entrar en los años de la pandemia, que nos hacemos cargo de la imposibilidad de ejecutarlas, desde 2015 ejecutan siempre por debajo de la mitad de lo presupuestado. Luego presumen de remanentes millonarios que solo es una forma de mostrar su permanente tendencia a la improvisación.
Sobre el papel, claro que plantean inversiones positivas, como los proyectos ejecutivos de las nuevas guarderías de San José, Collblanc y Bellvitge o el ascensor de Can Serra, pero hasta que los vecinos no puedan disfrutar de los equipamientos, no pasarán de ser una más de las múltiples promesas de este gobierno, muchas de las cuales luego acaban en un cajón. Como el espacio gastronómico de referencia con Ferran Adrià en la Godó i Trias o la nave Ivanow en la antigua fábrica Mistral, por poner solo un par de ejemplos, que la lista es inmensa. Los presupuestos son, en definitiva, un reflejo del agotamiento del proyecto del PSC en l’Hospitalet.
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