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Conseguir piso de protección oficial es una carrera de fondo para los jóvenes
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Conseguir piso de protección oficial es una carrera de fondo para los jóvenes

Nerea Fernández Guerrero

viernes 13 de enero de 2023, 16:15h

Las Viviendas de Protección Oficial (VPO) tienen un conjunto de características propias, definidas y limitadas, con la finalidad de hacerlas asequibles a personas con ingresos mínimos, que no tengan acceso a facilidades para comprar un piso y, de esta manera se puedan permitir tener su propio hogar

Y si hay algo que tenemos todas las personas en común, es que necesitamos un hogar para vivir.
Si tienes en mente comprar o alquilar un piso, seguro que has escuchado hablar de los pisos de protección oficial y de sus múltiples ventajas. Sin embargo, no es oro todo lo que rodea a estas viviendas. Los pisos de protección oficial están normalmente construidos por promotores inmobiliarios independientes que llegan a un acuerdo con el Estado y reciben por ello una serie de ayudas públicas para cubrir con las limitaciones estipuladas de estas viviendas, Este es el motivo por el que tienen un precio inferior al del mercado. Pero, ¿son realmente una ayuda para los jóvenes?

Todas las propagandas que hablan sobre estos pisos, resaltan las facilidades que ofrecen para poder adquirirlos, como su precio reducido, las ayudas públicas que se ofertan para la cuota de la hipoteca y, además, suele tratarse de pisos de obra nueva o recién reformados. Pero nadie te habla de las dificultades que se te ponen en el camino para poder conseguir una de estas viviendas. Es lo que nos lo cuenta Pol, un ‘afortunado’ de uno de los últimos sorteos celebrados en Esplugues. Se trata del procedimiento de adjudicación de viviendas de protección oficial, para los edificios de futura construcción en la Calle Sant Mateu de la ciudad. Tras ser elegido e informado sobre el proyecto (y a través de Metropolitan House Cooperativa d’Habitatges, S.C.C.L. - Finestrelles VPO) le hicieron pre-asignarse una vivienda, es decir, elegir el piso en el que prefería vivir, con su correspondiente plaza de aparcamiento y trastero.

Para poder hacer firme esta reserva disponía de un plazo de 24 horas para realizar un ingreso ineludible de 10.000 euros. En el caso de no formalizarlo (y/o de no presentar la referida solicitud en el plazo indicado). la pre-asignación quedaría sin efecto y la vivienda podría ser adjudicada a la persona siguiente que le correspondiera por lista y que no hubiera optado aún a la pre-asignación de una vivienda. “Con 24 años no es fácil hacer frente a un único pago de 10.000 euros”, denuncia Pol.
Después de hablar con sus padres, el joven espluguense tomó la decisión de seguir adelante con el proceso, ya que sus progenitores le podían prestar una parte de este dinero para poder asumir el pago del montante requerido. Tras atarse los machos y realizar el ingreso para reservar una de las viviendas, pocos días después recibe un correo electrónico en el que se le informa del incumplimiento de una de las cláusulas de la adjudicación: “Ingresos de la unidad de convivencia inferiores al 10% del coste de la vivienda. Para determinar la cantidad de ingresos se coge como referencia la base imponible general y la base liquidable del ahorro de la Renta 2021”.

Como no pudo demostrar que en el momento de la inscripción sí que cumplía con este requisito, se procedió a la exclusión de Pol, lo que dejó sin efecto todo documento firmado que le pudiera dar derecho a la vivienda. En consecuencia le fueron devueltos los 10.000 euros aportados. “¿Por qué me hacen escoger un piso si hay un requisito que no cumplo y me lo van a acabar quitando?”, exclama el afectado. “Yo ya tenía escogido el 8º 4ª, me entregaron los planos de la que iba a ser mi casa y he asumido un pago de 10.000 euros que no ha sido nada fácil”, se lamenta el joven espluguense, quien propone una revisión de dichos requisitos antes de exigir a los adjudicatarios un pago tan elevado.

Pese a todo, Pol decidió luchar por ‘su’ vivienda hasta el final, ya que actualmente tiene un trabajo estable, con un contrato indefinido y con una renta demostrable que alcanza el mínimo estipulado de 21.000 euros, uno de los requisitos imprescindibles para adquirir estos pisos y por el que le están privando del derecho a beneficiarse. Aun habiendo enviado la documentación oportuna que demuestra que puede hacer frente al pago de la vivienda, no ha sido suficiente porque , al final, lo que cuenta es lo que tienes acreditado en el momento de hacer la inscripción aunque esté obsoleto. “Te apuntas pensando que nunca te va a tocar, que puedes tardar años en conseguir uno de estos pisos”, se justifica el joven de Esplugues.

A Pol le ha tocado el piso después de estar cuatro años apuntado y se lo han quitado de las manos en cuestión de horas. “Te dan los planos del piso, la plaza del parking y el trastero. He hecho frente a un pago de 10.000 euros en 24 horas que no ha sido fácil para que finalmente me digan que no me lo van a dar. Es injusto”, afirma el joven.
Después de pedir cita y hablar con el ayuntamiento, la única respuesta recibida es que estas viviendas no son una ayuda social, sino pisos de protección oficial. “Me parece una despreocupación total por parte ayuntamiento. Mucha publicidad, mucho postureo, pero realmente luego no están. Deberían dar la opción de demostrar que tú realmente puedes hacer frente a ese piso, y más cuando has tenido la suerte de que te haya tocado”, reclama.

Pol también está molesto con la promotora porque ha tenido que insistirle en varias ocasiones para que le devuelva el dinero. “Ellos te dan 24 horas para que hagas frente a un pago de 10.000 euros y yo he tenido que esperar casi dos meses para que me lo devuelvan”, denuncia este joven. “Pienso que los pisos de protección oficial sí que son una ayuda, ya que el piso que me tocó costaba 234.000 euros y si no fuera de protección oficial me hubiera salido por 350.000 euros e incluso 400.000. Ponen demasiados obstáculos para conseguirlos”, critica.

Pol no es el único joven que piensa que deberían cambiarse tanto los requisitos como el procedimiento que se sigue para adjudicar las VPO. Y es que conseguir un piso de estas características es un proceso largo. Una vecina de Sant Joan Despí que ha participado en dos sorteos en de dos años explica que, en el primero, sortearon seis pisos de alquiler y en el segundo cien pisos de compra. Pero no tuvo la suerte de resultar elegida en ninguno de ellos. “Creo que deberían dar oportunidades a más personas. Es decir, poner un límite de tiempo para residir en el piso y después volverlo a sortear, para que otras personas puedan beneficiarse también de la vivienda”, propone.

No obstante, esta joven reconoce que, en relación con los precios que hay en el mercado, las VPO sí que son una gran ayuda pero reclama más apoyo en el momento de la entrega de la entrada del piso. “Como persona joven y con un trabajo de hace dos o tres años, puedes permitirte una hipoteca, pero no tienes el dinero para dar la entrada. Por eso creo que deberían darse más facilidades, o concederse ayudas a la hora de pagar la entrada del piso”. “Podría dividirse el importe en varios pagos (sin modificarse la cantidad final a pagar) para que así también fuera accesible para aquellos jóvenes que ya no piden la hipoteca porque no pueden hacer frente a este primer pago, porque es una cantidad muy grande”, sugiere la chica.

Sin préstamo ‘amigo’

Según los últimos datos que constan en un informe del Consorci de l’Habitatge de Catalunya, durante el año 2021 se citó a 34.728 personas solicitantes para el proceso de adjudicación de 5.991 viviendas de protección oficial. En el proceso de adjudicación, 10.583 solicitantes se vieron obligados a renunciar a sus pisos y 5.573 adjudicaciones fueron denegadas.

Los principales motivos por los que las persona ssolicitantes se ven obligadas a renunciar al hogar, es por la situación económica en la que se encuentran, por el elevado precio de la vivienda y por la denegación de la hipoteca por parte de la entidad financiera. Este es el caso de Javier, un joven afortunado por uno de los pisos de protección oficial sorteados en Esplugues. Llegado el momento de dar hacer el primer pago para reservar la vivienda ningún familiar ni amigo de confianza pudo permitirse el lujo de prestarle tal cantidad de dinero. “Pensé en pedir un préstamo a mi banco para poder hacer el primer pago, pero si lo hacía, en el momento que en el que tuviera que pedir la hipoteca, sé que el banco no me la concedería”, justo por tener ese préstamo, confiesa el joven, quien, tras pensarlo mucho, se vio obligado a renunciar a la VPO. No obstante, admite que este tipo de promociones “son una gran ayuda. Pero hay muchas más facilidades cuando te toca un piso de alquiler que cuando te toca un piso de compra”, afirma.

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