Charlie Hedbo

Este siete de enero amanecíamos con la noticia del asesinato en las propias oficinas de la publicación de su director, juntos a sus tres principales dibujantes, que sumaban un total de doce personas fallecidas entre las que también se encontraban dos policías que acudieron primero al lugar de los hechos. Los atacantes se identificaron como miembros de “Al Qaeda” con el objetivo de “vengar el islam”.

El inicio de todo, la fatua Abu Laban Ahmad Abu Laban, el imán del barrio de Norrebro de Copenhague. El fue el impulsor con sus viajes a los países árabes para que supieran que el diario Jyllands-Posten había publicado unos dibujos en los que se representaba a Mahoma, y que de otro modo habían pasado desapercibidos incluso para muchos de los lectores del periódico. Abu Laban falleció poco después, en 2007, pero había logrado señalaran nuevos objetivos para el islamismo en el corazón de Europa.

En una entrevista a ABC este imán había dicho que no esperaba que los musulmanes lleguen a integrarse totalmente en las sociedades europeas: «Integrarse totalmente es como si intentásemos meter a un hombre en una botella. La integración es comparable a una reacción química. Tienes un ácido y una base y de la mezcla se produce sal y agua. Las dos culturas deben definirse primero y luego será posible intentar que se produzca una reacción química y que se obtenga un resultado. Pero si no nos definimos primero unos y otros, intentarlo ahora es perder el tiempo». Queda todo claro, menos que hacía alguien así predicando en una ciudad europea. Por desgracia no es el único, y en España tenemos muchos ejemplos que no salen a la luz pública. Los últimos el imán de Terrassa o el de Lleida, que por cierto cobraba el PIRMI mientras preciaba arengas salafistas y integristas. El final el laicismo francés solo sirvió para sacar al catolicismo de la vida pública.

El eterno dilema de la integración les hizo entender mal las cosas, el buenismo como en todo occidente se instauro, y se les subvenciona, se les da coberturas sociales nada más llegar, se les protege, se les justifica todo, y ahora han creado problemas incontrolables como son las “Banlieues” (barrios periféricos) donde muchas ya son calificadas oficialmente como zonas de “non droit”, donde las leyes francesas no existen prácticamente. Hace falta una reacción urgente frente a la islamización de europa. III