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David Aliaga aborda el desconcierto ante la vida en ‘Y no me llamaré más Jacob’

David Aliaga aborda el desconcierto ante la vida en ‘Y no me llamaré más Jacob’

El escritor hospitalense presenta nueva obra en Barcelona y Madrid

miércoles 13 de abril de 2016, 07:06h
El joven escritor de L’Hospitalet, David Aliaga, ha presentado en la Librería Alibre de Barcelona y EnClave de Libros de Madrid su nuevo libro de relatos acompañado por los escritores Toni Hill y Fernando Clemot.

En un acto que congregó a medio centenar de personas, Aliaga definió Y no me llamaré más Jacob (La Isla de Siltolá, 2016) como “un libro de relatos con vocación de novela que aborda desde la ficción las preguntas filosóficas sobre la memoria y la identidad”. El libro recoge los periplos de una actriz de teatro israelí aquejada de una enfermedad que poco a poco va paralizando su cuerpo, un joven historiador francés que verá cernirse la sombra del Holocausto sobre el anciano que lo aficionó a la lectura cuando era un crío, de un editor y una bibliotecaria desorientados entre el pasado y el presente y del propio autor, convertido en un personaje más, que busca por las calles de Barcelona algo que no sabe definir y que lo lleva a encontrarse frente a frente con la tradición judía.

En su comentario del libro, Hill encontró en la obra de Aliaga la influencia de Jonathan Safran Foer (a quien traduce al castellano), destacó que la nueva obra del autor hospitalense “está excelentemente escrita” y señaló “el desconcierto ante la vida” como el nexo de unión entre sus personajes. Aliaga confirmó que Y no me llamaré más Jacob habla de “esa búsqueda que todos hemos emprendido, que mantenemos constantemente, aunque a menudo, no sabemos exactamente que es lo que pretendemos encontrar”. Uno de los protagonistas encuentra la respuesta en la ética y los ritos judaísmo, una tradición milenaria que el libro de Aliaga muestra integrada en el siglo XXI. Por su parte, Clemot señaló que “el rito es otro de los grandes temas del libro”. “El rito como puerta abierta a lo trascendente y a lo irracional, pero también como elemento que nos permite racionalizar la manera en que nos relacionamos con lo espiritual”, explicó Aliaga. Identidad, memoria, rito y religión. Pero también literatura y lenguaje. Relatos como “La cuna de Newton” o “Clases de hebreo” ponen de manifiesto la preocupación del autor por el idioma y la comunicación como tema literario y su voluntad de experimentar. Preguntado por el título y por la desnudez que implica convertirse en un personaje de su propia narración, Aliaga

confesó que venía sintiendo “desafección por un lenguaje cada vez más gastado, más vacío de significado a fuerza de emplearlo para mentirnos, para herirnos, para traicionar” y que necesitaba relacionarse “de la manera más honesta posible con el texto para que la escritura siguiese teniendo sentido para mí, recuperar un lenguaje en el que los nombres contuviesen significado”. III

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