El informe publicado por la Comisión Europea referido al índice de la economía y la sociedad digitales, con objeto de comparar los distintos grados de digitalización de los países que la integran, concluye que los ciudadanos digitales en Europa debemos ser aproximadamente el ochenta por ciento de la población.
El concepto de ciudadano digital se atribuye a la persona que hace uso de la tecnología de la información, para mejorar su participación en la sociedad, la política y el gobierno.
Para establecer dicho índice, la Comisión analizó la conectividad, las competencias digitales y el uso de actividades en línea como compras o noticias, además del desarrollo de servicios públicos digitales, como la sanidad y la administración electrónica, y de tecnologías digitales clave como facturas electrónicas y el comercio electrónico.
El estudio concluye que tres de cada cuatro europeos usa internet con regularidad. También muestra el creciente acceso a contenidos audiovisuales a través de la web.
En cuanto a las pymes, sólo el quince por ciento utilizan este medio para ofrecer sus servicios y en menor porcentaje fuera de sus fronteras. A pesar de ello, en España han aumentado las pymes que venden on line y emplean facturación electrónica.
La principal diferencia se establece en cuanto al acceso a servicios públicos digitales, el cual es prácticamente inexistente en algunos países. En nuestro caso, los avances provienen de un aumento significativo del número de usuarios activos de la Administración electrónica.
Para evitar las carencias que ciertos países europeos presentan, la Comisión considera fundamental la creación de un mercado único digital, con la finalidad de mejorar el acceso de los consumidores y las empresas a los bienes y servicios digitales, crear las condiciones adecuadas y garantizar la igualdad de condiciones en el acceso, además de potenciar el crecimiento de la economía digital.
En el ranking de los 28 países analizados, España ocupa el puesto doce, habiendo avanzado el despliegue de las redes rápidas de banda ancha; sin embargo, el informe a pesar de considerar que la cobertura es relativamente buena, sugiere realizar un esfuerzo para reducir las notables diferencias existentes entre Comunidades Autónomas.
También mejora el análisis relativo al uso seguro y creativo de las tecnologías de la información en el ámbito laboral, el aprendizaje y el uso del tiempo libre. No obstante, la Comisión aconseja que sean más los ciudadanos que utilicen internet y adquieran competencias digitales y de uso de la red.
Por otra parte, la disponibilidad limitada de redes de banda ancha suficientemente rápidas y el uso de canales alternativos determinan un menor uso de las aplicaciones de vídeo a diferencia de otros países de nuestro entorno.
Finalmente, respecto a los servicios bancarios y las compras, basados en aplicaciones que comportan un alto grado de confianza en la seguridad en línea, España muestra unos niveles relativamente bajos.
En conclusión, se aprecian mejores resultados en todos los ámbitos examinados, pero deben potenciarse los grados de conectividad y competencias digitales. III
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