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El acuerdo fue aprobado inicialmente por el Consejo Metropolitano.
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El acuerdo fue aprobado inicialmente por el Consejo Metropolitano. (Foto: AMB)

Conjura metropolitana para reciclar más y mejor

martes 26 de febrero de 2019, 18:14h
Hoy se ha formalizado el Acuerdo metropolitano para el residuo cero, un gran pacto a escala metropolitana subscrito por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), la Generalitat -a través de la Agencia de Residuos- y los 36 ayuntamientos metropolitanos. El objetivo es alcanzar una tasa de reciclaje del 55% en 2025 y del 60% en 2030.

El acuerdo propone un sistema de individualización de la recogida de residuos que permitirá identificar a los usuarios. "El modelo actual, basado en contenedores abiertos las 24 horas, ha tocado techo", afirma Eloi Badia, vicepresidente de Medio Ambiente del AMB, que explica que el ente supramunicipal quiere "liderar un auténtico pacto de sociedad que implique a todas las administraciones, la industria, el comercio y la ciudadanía".

El objetivo principal del plan es salir del estancamiento entorno al 35% en el que se ha instalado la metrópolis en la recogida selectiva de los residuos. De esta manera, se ajustarían los niveles a los que exige la Unión Europea: una tasa de reciclaje del 55% en 2025 y del 60% en 2030.

Por otra parte, en 2025 también se establecerán tarifas en función de los residuos que se generen y de si se separa más o menos bien. Es decir, que se pagará en función de la manera que tenemos de reciclar. Este pago incluirá tanto los residuos generados en las casas, que representan el 60% de toda el área metropolitana, y los de los comercios.

Además, el plan prevé acabar con el modelo de ecoparques, en los que tan solo se recupera un 10% de los materiales reciclables mezclados, una cifra que alcanzaría el 90% si se separasen correctamente de un inicio, aseguran desde el AMB. Por este motivo, estas plantas se irán reconvirtiendo en centros de tratamiento más especializados, sobre todo dedicados a la materia orgánica. En esta línea de ruptura con modelos antiguos, está prevista la reducción de la incineración de los residuos; es por eso que la planta de Sant Adrià de Besòs clausurará uno o dos de sus hornos de cara a 2025.

Los beneficios previstos

¿Y qué impactos positivos tendrán estas medidas? Desde el AMB destacan, entre otras, que se reducirán las emisiones de efecto invernadero entre 160.000 y 250.000 toneladas al año, disminuirá en un 8% la toxicidad producida y la demanda de energía caerá un 32%. También supondrá un ahorro económico para la administración, en concreto de 20 millones de euros anuales.

En esta línea, crecerá la ocupación relacionada con la gestión de residuos en el área metropolitana, donde se crearán entre 1.000 y 1.700 puestos de trabajo.

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