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'Living' la nueva normalidad loca sin alejarse mucho de casa
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'Living' la nueva normalidad loca sin alejarse mucho de casa

viernes 03 de julio de 2020, 08:00h
O le hemos cogido el gustillo a eso del confinamiento y el #yomequedoencasa o es que, por una vez, nos hemos vuelto responsables y prudentes.

Como mandan los cánones, con la canícula estival en plena eclosión contamos los minutos que faltan para que lleguen nuestras (esta vez segurísimo que sí) merecidas vacaciones. Porque nos las hemos ganado a pulso con nuestra sufrida y heroica cuarentena.

Pero por algún extraño fenómeno -que se transmite de balcón a balcón-, aunque deberíamos estar ansiosos por dejar atrás las amarguras y penurias del covid-19, seguimos con tanto miedo al contagio, que lo de viajar a las quimbambas (aunque solo sea para poder presumir en Instagram) este año va a ser que no toca. En el cálido verano del 2020, lo que toca es quedarse en casa, o muy cerquita. Pero nada de tirarse en el sofá. Porque, a la vuelta de la esquina, nos espera esa magnífica (aunque casi desconocida) oferta turística y de ocio que brindan L’Hospitalet y el Baix Llobregat.

El sector turístico –hoteles, restaurantes, bares y locales nocturnos y de ocio- del territorio ha sufrido las secuelas de la pandemia como ningún otro y, aunque se va resarciendo de las heridas, agradecerá que se le eche una mano. Y es que, ¿hay mejor que pasar las vacaciones cerca de casa, sabiendo que esta es la mejor manera de prevenir un nuevo brote del coronavirus? Porque parece muy probable que en otoño nos caiga la hoja de un nuevo confinamiento. Pero mientras eso llega (o no,) nada como aprovechar el tiempo libre (pero con prudencia). Carpe diem cum cautela (y mascarilla).

En cuestiones turísticas, nada será como antes. Según una encuesta elaborada por el portal Mundopsicólogos.com, el 60% de los españoles está convencido de que marcharse de vacaciones supone un riesgo, y el miedo a que, a la vuelta, nos pille una segunda oleada de pandemia “está frenando el deseo de viajar”, coinciden en asegurar los expertos consultados por El Llobregat.

Revival del siglo XX
Las agencias de viajes y los responsables turísticos de las diferentes administraciones aseguran que el primer verano post covid-19 va a ser como un flashback a los veranos del último tercio del siglo XX. Si con el nuevo milenio se globalizó la moda de pasar los días de asueto en destinos cuanto más exóticos y alejados mejor, en el 2020 se va a llevar un revival de aquella tradición tan española de pasar las vacaciones en el pueblo -si es que no los blindan a los forasteros- o de su variante de playita (no muy lejos de casa), oleaje y sombrilla, disfrutando de la excelente gastronomía local.

Las limitaciones, el distanciamiento social, las precauciones y el “más vale prevenir que curar” van a pesar este verano más que el esnobismo. “Van a ser muchos los que pasarán las vacaciones en sus domicilios, pero harán pequeños viajes de un día o escapadas de fin de semana, descubriendo cosas que tenían muy cerca, en las que no habían reparado, o que hace mucho tiempo que visitaron”, explican los expertos turísticos.

Así que ganan enteros las rutas a Cataluña en miniatura, en Torrelles de Llobregat, a la Cripta Güell de Santa Coloma de Cervelló, a las zonas naturales de l’Ordal, de Collserola y o del macizo del Garraf, a Montserrat o a las playas de El Prat, Viladecans, Gavà y Castelldefels, por ejemplo.

Sin derroche
La crisis económica generada con la pandemia tampoco da para mucho derroche y aquí es donde el turismo de proximidad (o de km 0), juega a favor del Baix Llobregat. Según los psicólogos “la necesidad de normalidad como reacción a la naturaleza extraordinaria de los últimos meses y el deseo de pasar página y comenzar de nuevo” hace que casi todo el mundo desee unas vacaciones. Pero solo un 40% de la ciudadanía se va a poder conceder ese capricho, según las encuestas.

El 60% restante se quedará en casa por problemas económicos derivados del cierre forzoso de muchísimos negocios, los ERTE o la incertidumbre. Muchas familias tampoco viajarán al extranjero (aunque spuedan permitírselo) por miedo a que un inesperado rebrote de coronavirus cierre las fronteras y pierdan sus reservas o se queden atrapadas en un país extraño.

Por tanto, se imponen una "precavidas" vacaciones low cost. No en vano un 82% de la población está “profundamente preocupada” por un nuevo ataque del virus. Y un 65% incluso sostiene que “las vacaciones son impensables y suponen un riesgo para la salud”.

Las previsiones para el sector turístico metropolitano son “francamente malas”, porque apenas si se recibirá un 20% de las visitas, según Turisme de Barcelona. “El sector dejará de ingresar entre “7.000 y 8.000 millones de euros en la provincia de Barcelona”, lamenta Eduard Torres, presidente del consorcio barcelonés.

Hay que tener en cuenta que el 80% de los visitantes de Barcelona -y potencialmente del Baix- son extranjeros y el 20% del resto de España. Torres cree que este verano solo visitarán la capital catalana “españoles y europeos, principalmente del sur de Francia”. Ante esta posible debacle se han puesto en marcha campañas para captar turismo de proximidad. Como “Som el teu estiu”, lanzada desde el Consorci Turístic del Baix Llobregat-.

Los malos augurios pueden provocar que los pocos hoteleros que reabran -se estima que solo lo intentará un 25%- revienten precios para salvar los muebles a la temporada. Pero desde el sector se están intentando impedir los descuentos excesivos. Si el precio de las pernoctaciones se desploma. “la recuperación será más costosa”, advierten desde Turisme de Barcelona. “Cuantos más hoteles abran, mejor. Dará una imagen de normalidad muy positiva para el sector”, añaden.

A esta guerra de precios también se han alistado las aerolíneas. Ahogadas porque no han podido facturar ni un solo euro durante, las compañías aéreas han tirado la casa por la ventana y han lanzado ofertas tan agresivas y extremas como su necesidad de ingresos. Por ejemplo, Ryanair ofrece 250.000 billetes por menos de 30 euros con destino a toda la geografía española y algunos países de Europa. Estos incentivos han generado un notable repunte de la demanda de vuelos nacionales pero la compra de billetes internacionales sigue un 65% más baja que el año pasado.

Donde sí empieza a notarse una cierta normalidad es en los centros comerciales y de ocio del Baix Llobregat, coincidiendo con la temporada de rebajas. Los principales espacios hablan de un balance “positivo” tras la reapertura, tanto en número de visitantes y ventas como por el comportamiento de los consumidores (siempre con mascarilla y siguiendo los protocolos de higiene).

Según Viladecans The Style Outlets, se están adquiriendo nuevos hábitos más seguros donde priman “las compras inteligentes, las visitas cortas y bien planificadas y una mayor conversión”. Estos buenos resultados hacen pensar en que la campaña de verano (y más si se confirma que la gente se queda en casa durante sus vacaciones y aprovecha para ir de compras) permitirá a los comercios resarcirse parcialmente de las abultadas pérdidas acumuladas durante el estado de alarma. III

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