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La tecnología enriquece la vida de niñas y niños con autismo

Por José Luis Morales - http://autismo.online/

viernes 05 de febrero de 2021, 03:00h
Nuestras vidas ya son digitales en muchas áreas. La robótica es muy popular entre los niños y niñas, porque les interesa toda la tecnología que influye y enriquece sus vidas.

Muchos pequeños (y no digamos los adolescentes) afectados por trastorno del espectro autista usan el smartphone o la tableta como verdaderos profesionales. Crecen con habilidades digitales de manera natural, y despierta su interés por la tecnología.
Es necesario ofrecer a estos pequeños afectados por autismo la oportunidad de conocer el apasionante mundo de la programación y la robótica. Se trata de adquirir conocimientos y habilidades que promueven la comprensión lógica, la creatividad y las habilidades para la resolución de problemas, de una manera apropiada para la edad. Además, aquellos niños y niñas con mayores capacidades, deben poder disponer de tareas y misiones más específicas, según sus habilidades.

En lugar de ser simplemente consumidores pasivos de videojuegos, los pequeños y los jóvenes pueden convertirse en diseñadores de sus propios videojuegos. Y este es un proceso completamente creativo, enriquecedor y satisfactorio.

¿Y qué decir del apasionante mundo de la robótica? Los robots ejercen una atracción mágica en la mayoría de nosotros, pero especialmente en los niños. Programar un robot para que realice determinadas tareas, controlado desde un smartphone o una tableta, estimula la creatividad y la búsqueda de soluciones.

La posibilidad de programar un robot según sus propios deseos, les permite hacer que el juguete sea aún más interactivo. Pueden programar el robot para hacerle seguir un recorrido seleccionado, tocar un instrumento musical, emitir diferentes sonidos e, incluso, gracias a la inteligencia artificial, recordar caras. De esta manera, la diversión de jugar y descubrir no se diluye a largo plazo y, además, despierta la sed de conocimientos de tecnología.

Todo ello alentando a formar equipos para desarrollar su juego, programar misiones para su robot o programar un dron para guiar su vuelo. Los niños aprenden mejor trabajando y cooperando con un compañero, además de desarrollar y mejorar sus habilidades sociales.

Los niños son ingeniosos, curiosos y con gran capacidad para aprender. Tienen las cualidades adecuadas que un programador y otros perfiles tecnológicos necesitan en su vida profesional posterior. Comenzar desde muy jóvenes a experimentar con programación y robótica es una excelente opción para adquirir y desarrollar habilidades útiles que van a enriquecer su vida desde el primer momento. III

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