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Carlos Paytubí: “La lectura es una buena terapia psicológica y un antidepresivo porque ayuda a desconectar”
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Carlos Paytubí: “La lectura es una buena terapia psicológica y un antidepresivo porque ayuda a desconectar”

Médico y escritor

jueves 01 de julio de 2021, 17:59h
Algo tan mundano como repasar las redacciones de sus hijas encendió en el interior de Carles Paytubí Garí, galeno responsable de la Unidad de Corta Estancia del Departamento de Medicina Interna del Hospital General de Sant Boi, la luz irrenunciable de la creación literaria.

Y sin mayor bagaje que ese, decidió embarcarse en la inquietante aventura de ser escritor de novelas históricas y eligió para su ópera prima la vida de Sant Joan de Déu, quien da nombre al parque sanitario donde trabaja desde 2010. Y como una cosa lleva irremediable a la otra, Paytubí (Barcelona, 1964) se vio envuelto en la trama documental que dormitaba bajo los cimientos del vetusto Manicomio de Sant Boi y que ha dado forma y verosimilitud a “El misterio del pergamino floretino”, su primera novela, editada por Saralejandría Ediciones, que acaba de publicarse y ofrece al lector más de 700 páginas de buena literatura. Llama la atención que en cada capítulo el autor recomienda acompañar la lectura con una pieza musical concreta que ayudará a crear una atmósfera acorde con el momento narrativo.

Un buen día se acuesta uno médico y se levanta escritor. O mejor dicho, descubre que es las dos cosas a la vez, aunque de una nunca haya ejercido oficialmente. Es más o menos lo que le ocurrió a Carles Paytubí. ¿Cómo se convierte uno en autor de novela histórica, un género tan aclamado como difícil, de la noche a la mañana y consigue que le publiquen su primera obra?
Pues hay mucho de casualidad. Nunca me había puesto a escribir hasta que mi mujer me hizo ver que tenía traza, al menos como corrector de redacciones, y me envitó a probar Me gusta mucho leer y lo que más me gusta es la novela histórica y decidí escribir una. Así empezó la andadura de “El misterio del pergamino florentino”.

¿Y cuál fue el primer paso?
Lo primero que me vino a la cabeza fue escribir sobre San Juan de Dios, fundador de la Orden Hospitalaria, que rige el Parc Sanitari Sant Joan de Déu (PSSJD) de Sant Boi, donde trabajo. Pero enseguida me decanté por investigar sobre el Manicomio de Sant Boi
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Escribir sobre un frenopático suena de locos…
Necesité ocho meses para documentarme antes de empezar a escribir. El Manicomio de Sant Boi esconde miles de historias y en cuanto empecé a indagar vi claro que podía escribir mi libro. Todo era muy novelesco. Se construyó sobre las ruinas de un antiguo convento servita (Siervos de María). Los servitas me llamaron mucho la atención y empecé a tirar del hilo.

Y tirando, tirando…
Llegué hasta la Florencia del año 1230, que es cuando siete jóvenes ‘laudesi’ (hijos de comerciantes de la lana muy espirituales y devotos de la Virgen María) fundan la orden. Los siervos de María son la única orden religiosa con siete santos fundadores. Ahí empieza la trama.

Un pequeño adelanto
Arranca con los servitas, como no podía ser de otra forma. En el siglo XIII, el padre Poggibonsi, guía espiritual de los siete ‘laudesí’ encuentra un misterioso pergamino detrás de un cuadro de la Madonna della Grazie, en la iglesia florentina de San Miguel. EEl documento irá pasando de mano en mano hasta el Siglo XXI, momento en el que su contenido será revelado al mundo.

¿Dónde aparece San Juan de Dios?
En el siglo XVI un servita suizo, Hermann Künig, hizo una ruta jacobea desde su país hasta Santiago de Compostela. En compañía de un amigo de la infancia prosigue el viaje hasta el sur de Portugal y en la localidad de Montemor o Novo se aloja en la posada de los padres de Joao Cidade Duarte, más conocido como San Juan de Dios (1495-1550), que nació y murió un 8 de marzo. Cuando Künig lo conoce, el santo es un niño de ocho años.

¿Y cuándo el relato da el salto hasta Sant Boi?
El manicomio fue fundado el 21 de agosto de 1853 sobre las ruinas del antiguo convento servita. Lo hace Antoni Pujadas, de Igualada, un especialista en problemas de salud mental se lo adquiere al marqués de la Santa Creu de Sant Boi. Pujadas tenía una clínica con 16 enfermos mentales en la calle Canuda de Barcelona, pero debido al escándalo que continuamente organizaban sus pacientes el Gobernador Civil le obligó a mudarse y montó una “Casa de Baños” en el antiguo convento.

Pero no acaba ahí…
No. Benito Hércules Menni, natural de Milán, que es el hermano superior de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios compra el convento en 1895 y se instala en él con otros 24 religiosos. Ahí empieza a cerrarse el círculo argumental de la novela. Pero ya no puedo revelar más o me estaría haciendo spoiler a mí mismo.

La investigación habrá dado mucho material.
Sí. Hay muchas anécdotas sobre el psiquiátrico. Y mucha información. Además, he podido seguir su evolución primero solo como hospital masculino, y después también femenino (separado), del que se hacen cargo las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón,

En casi 150 años de historia, el Manicomio de Sant Boi habrá cambiado mucho…
Sí. Ha dado un cambio radical, a mejor. En el siglo XIX a los enfermos mentales se les creía seres endemoniados y se les ataba con cadenas. Pujadas es el primero que los libera y crea un psiquiátrico abierto y donde los enfermos, si no son peligrosos, pueden interactuar.

Tener el manicomio más famoso de Barcelona, ¿Ha sido un estigma para Sant Boi?
La relación entre el manicomio y Sant Boi se ha utilizado de forma peyorativa, pero por desconocimiento más que nada y eso es algo incorrecto. Tener el psiquiátrico en la ciudad también ha tenido sus ventajas, especialmente para los vecinos que tenían familiares internados porque podían visitarlos con asiduidad.

Imagino que para un sanitario habrá sido muy difícil escribir durante la pandemia.
Por suerte, la novela la acabé en 2019, justo antes del comienzo del covid-19, De lo contrario, con mi trabajo de médico, no habría podido escribirla. He tardado un año en encontrar editorial. Varias de las grandes que han estado a punto de editarla, Me decían que era de alta calidad literaria, pero demasiado larga. Al final, la ha publicado Ediciones Saralejandria, de Castellón ,y justo llega a las librerías este mes de julio. Los beneficios de las ventas las voy a destinar a una entidad benéfica.

Como médico, ¿recomienda la lectura con fines terapéuticos?
Sin ninguna duda. La lectura siempre es buena. Es un buen antidepresivo, porque ayuda a desconectar. Es una buena terapia psicológica. Pero, cuidado, se ha de leer con mesura y no hay que intentar vivir lo que se lee.

¿Y escribir? ¿Es terapeútico?
También. Pero requiere algo de preparación académica. Como decía William Faulkner: para ser escritor hacen falta tres cosas: experiencia, observación e imaginación. Aunque si falla una de las tres, se puede suplir con las otras dos. Es un buen plan para la jubilación. III

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