www.elllobregat.com
La lucha contra el desperdicio alimentario y sus formas en el Baix
Ampliar

La lucha contra el desperdicio alimentario y sus formas en el Baix

Laura García Martínez

En un contexto en el que, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, tres de cada cuatro hogares españoles tiraron a la basura comida y bebida en el año 2020, con una media de 31 kilos/litros por persona, muchos establecimientos de la comarca han querido dar un paso al frente e implementar soluciones en su propio negocio y concienciando a su vez a los clientes sobre la problemática del desperdicio y sus consecuencias.

En un mundo donde, de manera global, según Acnur, una de cada tres personas no tiene acceso a los alimentos adecuados, y donde la contaminación y el cambio climático están haciéndose notar en fenómenos naturales cada vez más próximos y recurrentes, la lucha contra el desperdicio alimentario y el aprovechamiento de productos se ha vuelto una cuestión clave y esencial. La lucha contra el desperdicio alimentario ha sido y es aún uno de los mayores retos de las sociedades primermundistas. Históricamente, existen diversas formas tradicionales de luchar con el fin de aprovechar cada alimento, pero hoy en día el desarrollo tecnológico ha hecho avanzar a las sociedades hacia nuevas formas de lucha contra el desperdicio de productos y alimentos, muchos de ellos básicos y de primera necesidad, gracias a la rápida comunicación y a la conexión integrada que permiten las aplicaciones móviles o las redes sociales, entre otras nuevas opciones.

Proyecto “BioEconomia Circular”
En el Baix Llobregat son muchos los comercios, supermercados, restaurantes y establecimientos que colaboran junto a la administración pública para minimizar el desperdicio. Por ejemplo, Mercabarna, una empresa pública proveedora de productos a mayoristas, se autodenominan una “ciudad alimentaria” que trabaja las 24h para garantizar alimentos frescos a todos los ciudadanos de Cataluña. Desde el 2002, Mercabarna colabora con Bancos de alimentos con el objetivo de luchar contra el desperdicio alimentario. Sin embargo, en 2022 han ido un paso más allá y han presentado “BioEconomia Circular”. Este proyecto cuenta con “Foodback”, un espacio donde se decide si el producto alimentario en cuestión aún puede ser de consumo humano. Si es así, se aprovechará, y de lo contrario se destinará al Punt Verd, para aprovecharlo como materia orgánica para hacer compostaje.

Supermercado LIDL
Otra gran empresa, el gigante del supermercado Lidl, también cuenta con una política para luchar contra el desperdicio. Desde el Departamento de Comunicación, Lidl informa que reducirá hasta el 30% de desperdicio alimentario en tan solo tres años y el 50% para el 2030. La empresa cuenta con un sistema automatizado llamado “autodispo”, que les permite realizar pedidos de las cantidades de mercancía que prevén que se venderán, minimizando al máximo el stock en los almacenes. Otra de las maneras para reducir este desaprovechamiento de productos es el bajar el precio a los artículos cuya fecha sea próxima a la caducidad, algo que atrae al cliente a comprar el producto para consumir en el mismo día o al día siguiente, aprovechándose así de su descuento.
Además, Lidl dona productos en el 75% de sus tiendas cooperando con unas 40 ONGs locales. Según informa su Departamento de Comunicación, en 2021 donaron más de 2 millones de kg de alimento. Por último, existen otras alternativas. Desde Lidl explican que todo aquello que no se puede consumir se transforma en residuos de pienso animal o en biogás, para evitar su desperdicio.

Supermercado Caprabo
Otro supermercado con 300 tiendas en Cataluña, algunas de ellas en el Baix Llobregat, es Caprabo, que también cuenta con un programa propio desde hace 10 años para luchar contra el desperdicio alimentario. “Microdonaciones” es el programa de Caprabo que, como indica Rosa María Anguita, su directora de comunicación, “se trata de pequeñas cantidades que son donadas cada día a asociaciones locales cercanas a cada tienda y vinculadas al Banco de Alimentos”. Rosa María explica que “hay muchos productos que no se venden porque tienen el cartón aplastado, porque están cerca de caducar, porque tienen alguna tara, un plástico roto… y la gente no los compra, pero son aptos para el consumo”. Estos alimentos, que están en buenas condiciones y habitualmente son productos frescos (yogures, carne, pescado, huevos…) son los que se donan diariamente como pequeña aportación de Caprabo a la causa.

Supermercado Dia
Otro de los supermercados habituales en la comarca es Dia. Su responsable de Sostenibilidad, Trinidad Dávila, explica que el desperdicio alimentario es uno de los asuntos materiales que forman parte del primer Plan Estratégico de Sostenibilidad de Dia. “Se trata de un asunto con doble vertiente, ambiental y social, lo que hace que tenga una doble importancia”. Trinidad dice que la prevención es la principal herramienta para combatir el desperdicio y que “se utilizan formatos de servicio y preparación de pedidos adaptados a cada producto y establecimiento, empleando herramientas informáticas para la optimización de los pedidos, supervisando con especial atención la gestión de la caducidad de los productos (tanto en almacén como en tienda); etc.”.
Aparte de la prevención, el siguiente nivel, para Dia, es potenciar la venta de aquellos productos que, por cantidad, vida útil, o cualquier otra característica (que no afecte a su calidad o seguridad), pudieran devengar en desperdicio. Dia cuenta con un sistema informático que alerta precozmente de las caducidades del producto con antelación suficiente para priorizar su envío a tienda y facilitar su venta.
“Los productos cercanos a su fecha de caducidad se identifican con una pegatina de descuento y así los clientes los pueden adquirir para consumo inmediato, ahorrando en su compra y contribuyendo al mismo tiempo a reducir el desperdicio.” Trinidad Dávila, responsable de Sostenibilidad de Dia.
Trinidad añade que Dia cuenta con la colaboración de entidades como FESBAL (Federación Española de Bancos de Alimentos) con quien colaboran a través de sus distintos Bancos de Alimentos. Finalmente, Trinidad apunta que todos aquellos productos que no son aptos para el consumo humano se destinan para alimentación animal o, como alternativa final, para el compostaje

Supermercado Mercadona
Según cuenta Sandra Álvarez Escuin, parte de las Relaciones Externas en Barcelona provincia de Mercadona, este supermercado también sigue estrategias para hacer frente al desperdicio alimentario. En primer lugar, dona productos que no se venden, pero si son aptos para el consumo a comedores sociales y otras entidades.
En el 2021 en Catalunya se han donado, desde las 251 tiendas que la compañía tiene en la comunidad autónoma, más de 5,3 millones de kg de alimentos y artículos de higiene personal (más de un 77% que en 2020). Otra vía es la estrategia del “Árbol completo’’. En la venta de Fruta y Verdura, Mercadona prioriza la calidad por encima de la estética. Un ejemplo es el servicio de zumo de naranja recién exprimido, que se sirve de naranjas de una gran calidad, pero que por su aspecto o menor tamaño anteriormente tenían una difícil salida al mercado. Por lo tanto, antes de echar a perder esta naranja, que tiene un gran sabor, pero estéticamente es fea, se aprovecha para hacer el zumo. Otra medida de Mercadona es evitar sobrestock en los almacenes, tratando de ajustar los pedidos a una previsión. El gigante del supermercado también ajusta los precios en función a su stock, es decir, que baja el precio cuando hay mucho stock para dar salida a los productos y evitar su desperdicio.
“Finalmente, si por algún motivo un producto caduca, éste se retira de la venta y se entrega a gestores autorizados para que lo transformen en energía, abono o pienso.” Sandra Álvarez Escuin, Mercadona.

Implicación de instituciones públicas
La lucha contra el desperdicio alimentario es un tema presente también en las instituciones públicas. Desde el Ayuntamiento de Sant Esteve de Sesrovires se impulsa, desde 2017, el programa “Mentali” que dona el excedente de comedores escolares, en forma de comida cocinada, a familias vulnerables de la localidad. Para evitar el desperdicio alimentario se entregan platos preparados a familias en situación económica vulnerable o de dependencia y se garantiza así la inclusión social a la vez que se transmite el valor de la solidaridad. María Gómez, técnica de educación del Ayuntamiento, explica que la distribución se hace a través de la colaboración de las empresas de los comedores del colegio, entidades locales, voluntarios y personal del propio Ayuntamiento. Los alimentos cocinados que quedan en las cocinas se reparten en recipientes indicando si son aptos para microondas, congelador, la fecha de caducidad, etc.
María asegura que de 2017 a 2020 se repartieron más de 13.300 alimentos saludables y nutritivos a más de 150 personas de la localidad. El proyecto no se detuvo en la cuarentena, ya que a pesar de que los colegios estaban cerrados, las empresas colaboradoras se comprometieron a traer la comida desde su cocina central. En otros ayuntamientos como el de Esplugues, la directora de Comunicación, Eulàlia Santiago, cuenta que aún no existe un programa pensado para aprovechar los alimentos, pero que puede ser un reto futuro.
Otra localidad de la comarca, El Prat de Llobregat, también lleva a cabo diversas actividades para prevenir el desperdicio alimentario y promover la alimentación sostenible y saludable. Irene Peiró, técnica de comunicación del Prat, explica que se hacen actividades para concienciar a la ciudadanía, se colabora con Fundesplai en una exposición sobre la problemática, se organizan talleres junto a Fundació Espigoladors, parte de ellos en colegios, para aprovechar las frutas y verduras en buen estado que hay en el campo, pero no se pueden comercializar, y así evitar el desperdicio y formar y sensibilizar a la población, fomentando también la inclusión social.
Además, el Prat se ha sumado a la iniciativa de AMB, ofreciendo a alumnos de 3º y 4º de ESO hacer 20 horas de servicio a la comunidad para evitar el desperdicio alimentario. Finalmente, el Prat cuenta con “La Botiga”, un proyecto de innovación social en materia de apoyo alimentario que consiste en productos de proximidad, frescos y saludables procedentes de Fundació Espigoladors, y que se dan a los usuarios a través de puntos que asigna el departamento de Acció Social del ayuntamiento.

Bio2coat
A raíz de esta problemática surge también un nuevo nicho de mercado. Todo problema genera una oportunidad y así lo han visto en Bio2coat, una startup que, como explica José Ignacio, su cofundador, “tiene el objetivo principal de luchar contra el desperdicio alimentario”. La empresa Bio2coat es un proyecto que consiste en aerosol natural que se aplica a la fruta y las hortalizas para alargar su vida útil y mantener su calidad nutricional y su aspecto.

Too Good To Go
Sin embargo, no hay duda de que la empresa que ha hecho un hueco en el mercado bajo el objetivo de la lucha contra el desperdicio es Too Good To Go, una aplicación móvil que permite recoger comida de los restaurantes o supermercados más cercanos a ti y con un precio asequible. Silvia Magán, prensa de Too Good To Go, indica que en España utilizan la app más de 4 millones de personas y que está operativa en más de 14 mil establecimientos, más de 3 mil de ellos en Cataluña.
Gracias al proyecto se llegan a salvar más de 6 millones de packs de productos en España (más de 2,2 millones de ellos en Cataluña, lo que equivale a más de 5.500 toneladas de CO2eq a la atmósfera, es decir, más de 18.000 vuelos de Madrid a Londres. Silvia indica que más de un tercio de la comida a nivel mundial acaba en la basura y que, según WWF, se tiran al año más de 2.500 millones de toneladas de alimentos en el mundo, 7,7 de estos millones en España, lo que equivale a 250kg de alimentos desperdiciados cada segundo.Esto nos sitúa como el séptimo país de Europa que más comida desperdicia. Con el fin de erradicar la situación nació Too Good To Go, que cuenta con numerosos establecimientos en el Baix Llobregat de los cuales podemos salvar alimentos y contribuir a la lucha en primera persona, disfrutando de productos aptos para el consumo a un precio barato. Algunos de estos establecimientos son Carrefour, Alcampo, Muerde la Pasta, Subway, Granier, etc, muchos de ellos en nuestra comarca.
Además de todas estas estrategias para combatir el desperdicio, los bancos de alimentos y las entidades solidarias de la comarca son el corazón de la solidaridad y la lucha por el aprovechamiento alimentario.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios