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La impresión 3D logra salvar un ojo a un niño de 12 años enfermo de cáncer
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La impresión 3D logra salvar un ojo a un niño de 12 años enfermo de cáncer

Laura García

viernes 07 de octubre de 2022, 14:00h

Las impresoras 3D crean objetos sólidos de todo tipo, desde comida hasta muebles. La empresa BCN3D Technologies de Gavà, que cuenta con gran reconocimiento y prestigio en el mundo de la impresión digital a nivel internacional, ha ido más allá en cuestiones de utilidad e importancia.

Trabajaron juntamente con el equipo de cirugía maxilofacial y oncología del Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues, liderado por el Dr. Josep Rubio, y trazaron una planificación 3D que fuese capaz de delimitar la resección del tumor en el pómulo que padecía Andres, un niño con tan solo 12 años. Gracias a esta alianza han conseguido extraer un tumor ocular a Andrés, salvándole su ojo izquierdo.

“No es fácil limpiar las lágrimas a tu hijo y decirle que toda irá bien sin saber de verdad lo que va a pasar”, asiente Oriana Flores, la madre de Andrés, un niño al que la vida no se lo ha puesto nada fácil. Con tan solo 11 meses le diagnosticaron retinoblastoma, un cáncer que acumula células malignas en la retina.

En 2016, sus padres decidieron trasladar a Andrés a Sant Joan de Déu y el equipo médico que le atendió optó por cambiar su prótesis del glóbulo ocular izquierdo. Después de dos años de tratamiento específico, el pequeño se recuperó de su primer tumor. Sin embargo, al ser portador de un gen de mutación RB1, los galenos advirtieron que podría sufrir un cáncer en el sistema óseo con el tiempo. Justo lo que ocurrió años después cuando desarrolló un osteosarcoma facial que derivó en un cáncer de retina en el ojo izquierdo.

Oriana relata que el camino transcurrido ha sido muy duro, pero ya ven “la luz al final del túnel”. Desde octubre del año pasado, Andrés ha estado hospitalizado 37 semanas. En dos ocasiones ha estado en la UCI con ataques de ansiedad, provocadas por las largas sesiones de quimio que le hacían ingresar un martes para salir viernes o sábado. Finalmente, el equipo médico planteó operar para implantarle una prótesis fabricada con tecnología de impresión 3D. Andrés tenía miedo a perder completamente la visión, pero era un riesgo que había que correr, pues los médicos no podían garantizar con total seguridad el resultado, pues era la primera vez que se acometía una intervención así.

Para tratarlo, la solución del equipo oncológico fue realizar quimioterapia durante tres meses y posteriormente tratar la parte donde se localizaba la lesión. Para ello fue necesario obtener una sección completa del tumor. Otros tratamientos locales, como la radioterapia, no son tan efectivos en este tipo de tumores y, además, este paciente ya había tenido uno. En este punto entró en juego la tecnología de impresión 3D.

Hace unos meses se operó a Andrés y, aunque ha perdido un poco de visión, se consiguió acabar con el 90% del sarcoma. En la intervención, los técnicos de BCN3D Technologies crearon dos piezas tridimensionales para el cráneo y el tumor del paciente que, posteriormente, imprimieron en 3D en el laboratorio de impresión del propio centro hospitalario, con el objetivo de que los médicos lograsen la extracción del tumor maligno en la zona del pómulo ocular de Andrés con la máxima precisión. En concreto, se utilizo la impresora 3D W27 de la serie Epsilon, que gracias a su doble cabezal extrusor y los materiales utilizados aporta el realismo necesario para que los médicos puedan planificar la intervención quirúrgica de la manera más precisa posible.

El doctor Josep Rubio, jefe de la Unidad de cirugía maxilofacial del Hospital Sant Joan de Déu revela que “el objetivo de la cirugía era quitar el tumor con unos márgenes de seguridad. Para ello utilizamos la planificación 3D para delimitar la resección”. Rubio explica que la planificación 3D ya es una práctica habitual en la cirugía maxilofacial del hospital, especialmente en casos tan complejos como el de Andrés. “Tuvimos que crear guías de corte y de posicionamiento para trasladar la planificación virtual desde el ordenador al quirófano. Esto nos ha permitido ejecutar con precisión lo que diseñamos virtualmente”. Por su parte, la doctora Adaia Valls, cirujana maxilofacial del mismo centro, destaca que “la impresión 3D nos ayudó a evitar posibles postoperatorios. Tras semanas de planificación quirúrgica se pudo realizar una resección completa de la lesión y además se preservó la visión del paciente”, añade.

Por múltiples casos de éxito como este, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona es pionero en España y Europa en la investigación e implementación de nuevas tecnologías. Es un referente ya que utiliza la impresión 3D en más de 200 operaciones anuales al año. En 2013 empezó este innovador camino después de que uno de sus médicos solicitara expresamente un biomodelo para complementar la planificación de un caso oncológico complejo. Desde entonces, el uso de esta tecnología se ha multiplicado exponencialmente, dando lugar a la creación de un grupo multidisciplinar de nueve especialidades diferentes que se benefician de esta tecnología.

El centro hospitalario ha elegido como socio de sus operaciones a BCN3D, una empresa de Gavà que está considerada como uno de los principales desarrolladores y fabricantes de soluciones de impresión 3D del mundo. Entre sus principales clientes se encuentran Nissan, BMW, la NASA, Camper, Louis Vuitton y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Arnau Valls, ingeniero de innovación en el servicio de impresión 3D del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, indica que utilizan “las impresoras 3D de BCN3D para planificar modelos anatómicos óseos en cirugías maxilofaciales o complejas y en casos de traumatología. Gracias al sistema de doble extrusor imprimimos piezas de gran exactitud, muy realistas y con excelentes tonalidades cromáticas”.

La impresión en 3D es un nuevo paso que nos acerca, cada vez más, a la medicina del futuro. Gracias a los biomodelos se pueden simular y ensayar antes de la intervención hasta los cortes que realizará el cirujano. La impresión en 3D permite personalizar la cirugía para cada paciente, mejorando su precisión y su seguridad. El equipo de la Unidad de Planificación 3D del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona incluso tiene líneas de investigación abiertas para seguir mejorando los modelos impresos y conseguir, mediante el estudio de propiedades mecánicas, colores y texturas, imitar con la impresora cada vez mejor los tejidos vivos.

Un ‘gamer’ feliz que volverá pronto a la escuela
Apesar de haber pasado momentos muy duros, el propio Andrés dice estar bien y “feliz” después de la operación. A la pregunta de ¿qué vas a hacer ahora? contesta sin pensárselo mucho que “jugar con sus amigos”, algo que se añora después de tanto ingreso hospitalario. Y eso pese a ser un buen ‘gamer’ con la tablet, con la que se echa partidas on line con sus compis en cuanto puede.
Debido a los ingresos semanales por la quimio, Andrés tuvo que dejar de cursar sexto de primaria de forma presencial. Esto le afectó al ánimo, a pesar de que su paso por el colegio ha sido complicado para un niño que, además, ha sufrido bullying. Para Andrés, encontrar su sitio entre amigos y sentirse a gusto es una sensación nueva y que pocas veces ha podido disfrutar.
“Es maravilloso y estupendo ver como otros niños le tratan de igual y se sienten bien”, sonríe Oriana, quien nos cuenta que este año Andrés ha continuado sus estudios con una profesora particular y que tratarán de que en primero de la ESO pueda volver a la presencialidad “si todo sale bien”. Y tras ese entrecomillado se explica: “nosotros vivimos el día a día y hemos aprendido a valorar las cosas así. Si sale bien, pues genial, pero si hay algún otro imprevisto pues lo afrontaremos y lo superararemos”. Y es que, aunque viven en Esplugues y tienen Sant Joan de Déu cerca de casa, están deseando tener que acudir al hospital únicamente por las visitas de revisión cada tres meses.
Andrés y su familia agradecen a la tecnología la ayuda que les ha prestado y que consideran esencial en este caso. Piensan que sin estos avances la operación, años atrás, no hubiese sido posible, y reconocen que han quedado fascinados con la funcionalidad y las posibilidades de las impresoras 3D.
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