www.elllobregat.com
Te van a sorprender los graves problemas que sufren los agricultores del Baix
Ampliar

Te van a sorprender los graves problemas que sufren los agricultores del Baix

Por Lluis M Estruch
viernes 24 de marzo de 2023, 10:05h
El artículo analiza los desafíos que enfrentan los agricultores del Delta del Llobregat, incluido un Parc Agrari restrictivo, leyes de protección de aves, expropiación sin compensación, robos, costes crecientes y el impacto de los precios bajos en sus medios de vida. Se presentan dos casos significativos: un agricultor anciano que lucha para llegar a fin de mes debido a problemas de salud y presiones del mercado, y una pareja obligada a cerrar su puesto de verduras familiar debido a la disminución de las ventas y al aumento de las regulaciones.

En plena sequía, con un Parc Agrari limitativo y cuestionado, les surgen como en plena tormenta perfecta, otros inconvenientes a los payeses de la comarca : la ZEPA pro- aves o la expropiación sin compensar, las alimañas, los robos, el alza de abonos, fitosanitarios, el diésel y hasta la entrada de la zona de bajas emisiones que penalizará a los vehículos diésel con fechas determinadas de muchos agricultores.

La helada de hace un mes que ha afectado a la cosecha de alcachofas y la temible burocracia agraria acechando y estorbando la labor; como lo prueba la fracasada ley de Precios Garantizados, para un sector clave, cada vez más viejo y sin relevo generacional. También los desacuerdos con Agricultura-ACA sobre el riego. Todo este abandono lo queremos mostrar en dos casos.

El primero es el de Pere Balaguer Alaball, 64 años de Sant Climent, pero que vive en Gavà, es un agricultor con 4 hectáreas de higueras. Hoy con lesiones profesionales que le dificultan sus penosas ocupaciones con las más de 200 higueras (viven unos 80 años) y que le rinden dos cosechas por año. Hoy ya no le pagan ni los arriendos de sus parcelas; al descendiente de una antigua familia que desde el 1870 pagó los censos al Barón de Eramprunyà de manera puntual.

Los ‘Climentons’

Los “Climentons” fueron de los primeros cultivadores de una zona fértil pero salvaje, que ellos “humanizaron” hace siglos: el Delta del Llobregat. Al ser pioneros en su transformación, les indigna más aún, el saber del proyecto de conversión de zonas cultivables en zonas yermas y pantanosas, por el discutible criterio de la mal llamada, -ciencia ciudadana-, de los aficionados a los paseos y “ornitólogos” de foto fácil y ciencia escasa; véanse sino las opiniones del sabio ornitólogo a nivel mundial y especialista en humedales -Jordi Sagartal Vicens- sobre la posible afectación de la Ricarda y la ampliación del aeropuerto de El Prat

Pere se queja del error de haberse hipotecado para comprar huertos a unos terratenientes de Sant Boi, los Nubiola, en lugar de dos pisos que le darían una renta vitalicia para compensar su magra pensión a él, su mujer y un hijo a su cargo.

Afectación grave por la ZEPA

Nunca recibió una subvención y ahora la ZEPA le afecta a gran parte de su propiedad. Comenta que lo más duro son las compras bajistas en Mercabarna y que lleva dos años trabajando con pérdidas; él era feliz con su trabajo, cuando vendía su producción directamente. Constata que hasta 1975-80 con 1 ha una familia payesa, con venta directa del producto en mercados, podía vivir. Después ya no y ahora es imposible.

Con sonrisa triste, se toma una dosis de planta medicinal que le envía su hija y confiesa que admira a los Amat, Ametller, Juvito, también el agro rentable de Murcia, Almería y Valencia. Nos recuerda un dato olvidado y esclarecedor entre tanta polémica: hace 180 años se cultivó cáñamo en el Delta. Un recordatorio para los prohibicionistas sin más, lo hubo y podría volver a haberlo legal muy pronto.

Verdulería familiar de Sant Boi

El segundo caso triste es el de Mercè Pérez Tarpanvskovska, 56 años, es la titular de una verdulería familiar, donde se comercializan productos propios y allegados en Sant Boi.

Mercè nació en la calle del Carme de Barcelona, próxima al mercado de la Boquería, donde comenzó a trabajar de muy joven, para ayudar a su madre viuda. El ambiente del mercado antiguo, era sano y tan abierto, que a los 16 años se ennovió con Joan Fisas un agricultor santboiano, que vendía sus productos en la cercana de Sant Galdric; donde su familia detentaba un puesto al aire libre sin techar durante años, renovando su permiso anualmente y que no se les ha renovado en el último año

Éxodo en la Boquería

Mercé y Joan han visto el éxodo forzado de las verdulerías de la Boquería, animado por la Dirección que facilita la entrada de grandes grupos inversores (el último caso el “Bar Pinocho”).

Madrugones, sin empleados ni subvenciones, desgaste físico y decrecientes ingresos, junto con un alud de normas y prohibiciones provocaron la salida de una pareja que se conoció en la Boquería y se casó después, teniendo dos hijas que no quieren saber nada del trabajo de los padres, con pleno acuerdo de estos. dado el sacrificado y absorbente trabajo de la pareja FIsas-Pérez.

Abuelo ucraniano

Vale la pena explicar que el abuelo de Mercé era un ucraniano de Jerson que consiguió escapar de la URSS y refugiarse en Barcelona en los años 30; conoció a la abuela de Mercé, tuvieron dos hijas; trabajó como empleado de una Aseguradora del Passeig de Gràcia y al estallar la guerra recibió un duro tratamiento por sospechas en su condición de exiliado.

Pero al acabar la guerra, los vencedores, igualmente le detuvieron y maltrataron; finalmente logró escapar y murió en Montecarlo. La familia conserva como oro en paño, las cartas que escribía desde su exilio. De ahí nació la idea de visitar el Jerson ucraniano, en busca de parentela. La guerra ha hecho imposible este deseo.

La sencillez de Mary Santpere

Mercé con larga experiencia vendedora, recuerda la sencillez de Mary Santpere y que a partir de los años 85/90 hubo una gran venta de todos los productos de verduras y fruta en la calle principal del mercado, pero que los últimos 20 años la llegada masiva del turismo ha sido un gran impedimento para las ventas orientadas al cliente local.

Muchas fotos, pero sin compras. Salvo la entrada de zumos, tapas y jamones que interesan a los turistas. Mientras las paradas a cubierto han llegado a cotizar entre 65000 /300000 euros.Se recuerda el caso muy comentado de que un turista árabe pagó 3.000 euros por una botella de aceite, pero esto era muy infrecuente. También en una calle del mercado se produjo el suicido con arsénico del gran gastrónomo Ramón Cabau que solía comprar como muchos restauradores en la Boquería.

El trastero del Parc Agrari

Joan Fisas no está directamente afectado por al ZEPA, pero sí lo ha sido por las expropiaciones que han convertido el Parc Agrari, en un “trastero” donde pasan líneas eléctricas, gasoductos, tuberías, depósitos, líneas férreas y carreteras. Un desastre para cultivadores que deben contornear obstáculos para llegar a sus parcelas. Ahora además desde la pandemia lo frecuentan ciclistas y paseantes.

Ahora con las últimas dificultades del sector agrario en general se les unen las de los inconvenientes físicos a una pareja de 58-56 años respectivamente. Ambos toda su vida unida al cultivo y a la venta directa en mercados públicos, vigilados por directores y celadores que se exceden muchas veces en sus funciones.

Un triste epílogo

Una retirada a tiempo, dicen que puede ser una victoria, Mercé y Joan la inician fastidiados porque ya no pueden ganarse la vida con holgura. Sus hijas empleadas en la Sanidad ya lo han hecho. Triste epílogo para una pareja que se conoció en uno de los mercados más conocidos del mundo: la Boquería.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (6)    No(0)

+
0 comentarios