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Entrevista a Juan Gómez "Chicuelo": guitarrista flamenco de Cornellà

El bicho del flamenco le picó un día a Chicuelo de forma involuntaria, pero como él dice 'cuando el bicho te pica, ya no te lo puedes sacar'
El bicho del flamenco le picó un día a Chicuelo de forma involuntaria, pero como él dice "cuando el bicho te pica, ya no te lo puedes sacar"

"La primera vez que me tropecé con Paco de Lucía y Camarón casi me desmayo"

Por Marina Sánchez Tabuenca
sábado 15 de abril de 2023, 18:00h
Juan Gómez "Chicuelo" (Barcelona, 1968) es uno de los guitarristas y compositores más relevantes de la escena flamenca actual.

Criado en Cornellà, donde se nutrió de la cultura flamenca que trajeron todos aquellos que abandonaron el sur de España para venir a la comarca del Baix Llobregat, ha colaborado con los artistas flamencos más importantes y fue el flamante ganador del Premio Goya 2013 a la mejor canción original con el tema "No te puedo olvidar".

Chicuelo presenta su último disco 'Caminos', en el que explora nuevas sonoridades del género sin perder su identidad. Además, el guitarrista cornellanense reflexiona sobre la realidad y la situación del flamenco en una sociedad que, según el artista, "no trabaja la esencia"

¿Por qué empiezas tocando la guitarra?

No empecé tocando la guitarra, empecé cantando. Desde que tengo uso de razón, cantaba flamenco, era mi pasión. Y lo sigue siendo, pero con 12 años apareció la guitarra. Con esa edad ya sabía lo que era el flamenco, tenía mucho adelantado, una de las partes más intrínsecas. La técnica se puede aprender, pero hay algo muy profundo que es difícil de explicar.

¿En tu casa sonaba flamenco?

Sí, siempre ha sido la música de mi casa.

¿Se puede llegar a tocar bien sin haberlo escuchado en casa? Supongo que no es lo mismo empezar a los 3 que a los 20.

Agual no es, para nada, pero no solamente el flamenco. Son esas cosas innatas que uno lleva dentro. Yo hablo del flamenco porque es lo que hago, hay niños que ya son artistas, que tienen algo especial, que destacan en algo, y no tiene explicación. Lo que es raro es que no muestres ningún tipo de interés por la música clásica, por ejemplo, y que con 20 años empieces a tocar piano y seas un fenómeno. La música puedes empezar a hacerla cuando quieras, pero partes con menos ventaja.

¿Cómo aprendiste?

Empecé de una manera involuntaria. Mis compañeros de clase me llamaron por la ventana y traían una guitarra al hombro. Me dijeron que querían ir a una asociación de vecinos de San Ildefonso, donde daban clases de guitarra gratuitas;. Si hubieran ido a otro sitio, yo hubiera ido igual. Le cogí la guitarra a mi hermano y fuimos a la clase de Casimiro González. Iba semana tras semana. Y el bicho del flamenco me picó y cuando te pica, ya no te lo puedes sacar.

¿Y cuándo empiezas a ver la guitarra como un posible medio de vida?

Con 16 años lo empiezo a pensar, porque ya empiezo a ganar dinero. Empecé a tocar en unas clases de baile flamenco de la escuela Flora Albaicín y cada semana tenía una paga. Allí empecé a tener un contacto más directo con el flamenco, con la guitarra, porque cantando ya me había subido a escenarios. Poco a poco me llamaban peñas de flamencos, cantaores para que los acompañara a la guitarra. y fui viendo que de poco en poco juntaba ya un dinero, y ganaba casi lo mismo que mis hermanos que trabajaban.

¿Cuando empiezas a componer?

Muy joven. Aprendí todo lo que pude con Casimiro González y Manuel Castilla, un alumno aventajado suyo, y con 14 años ya tenía mucha inquietud por hacer mis cosas, sencillas, pero era la inquietud. El cuerpo me pedía buscar, no solo tocar cosas de grandes maestros.

¿Te obligas a componer o es algo que surge?

Todo va cambiando con la edad. En los primeros años estás en la técnica, que es la herramienta con la que construimos. Esa forma de estudiar va cambiando, vas haciendo menos técnica y más composición. Cuando no tienes la técnica, necesitas muchas horas para tenerla, pero cuando ya la tienes, necesitas menos tiempo para mantenerla. Depende de tus necesidades, de encargos, conciertos,. quieres ir con tu música, no con la música de nadie. Todo va evolucionando, componer te lo pide el cuerpo.

¿Hay mucha cultura flamenca en el Baix Llobregat?

Muchísima, porque esto está minado de inmigrantes. Mis padres son de Badajoz y aquí llegaban familias de extremeños, andaluces, murcianos.Llegaban de sus tierras y querían traerse su cultura, por eso había tantas peñas por toda la comarca en los años 70-80. El flamenco es una música impactante, muy especial, única; y es nuestra. Los más grandes artistas alucinan con ella.

¿Por qué es tan especial?

Porque es una música muy rica en armonía, muy rica en melodía, en ritmo, con muchísima fuerza. Contiene todos los ingredientes que nos gustan a los seres humanos, que nos hacen vibrar, llorar, reír, saltar de alegría,. Cuando una música tiene todos estos ingredientes, se convierte en algo muy especial. Y es justamente lo que le pasa al flamenco.

En tu último disco, 'Caminos', exploras nuevas sonoridades. Cuando Camarón presentó el innovador disco 'La Leyenda del Tiempo', los puristas lo rechazaron. ¿Qué opinas de esa corriente de pensamiento?

De todo hay en la viña del señor. Hay gente que es conservadora, quieren conservar lo más clásico: guitarra y voz. Todo esto siempre ha sido muy discutido. Los flamencos ortodoxos creen que una obra de flamenco ya está cerrada, cántala así o no la cantes, prefieren que hagas una creación propia a que cambies esa obra ya hecha. Hay una parte en la que comulgo con eso, hay una parte que comprendo y respeto, porque si los cantas tal y como los concibieron los grandes son obras increíbles. Para muchos es una osadía que llegue alguien y cambie un cante clásico. Yo no soy conservador, pero entiendo esa postura.

¿Y por qué hay tanta polémica en el flamenco respecto a la pureza?

Aquí todo el lío viene porque no sabemos darle nombre a cada cosa. Los americanos, por ejemplo, con el jazz clásico, que es una música hermana del flamenco, le ponen nombre a cualquier movimiento distinto que nazca. Aquí no: haya lo que haya, se le llama flamenco. El flamenco es el cante, es el núcleo. No hay flamenco sin cante. La guitarra en sí se sostiene pero como no haya cante. El género flamenco no se sostiene sin el cante.

¿Qué buscas con 'Caminos'?

Me proponen esta idea, desde el Festival Mas y Mas de Barcelona, querían algo nuevo, exclusivo. Llevaba tiempo sin hacer algo nuevo como solista y quise que no sonara igual a nada. Pensé: "tengo que trabajar con algo con lo que yo nunca haya trabajado en solitario: chelo, batería y baile". Viniendo del flamenco, entendí que para sonar diferente, tenía que quitar el cante, el cajón y las palmas; si al flamenco le quitas eso, parece que se queda desnudo. Empecé a pensar en eso y empecé a componer cosas, y rescaté alguna idea que tenía guardada, pensando en esta formación. Y 'Caminos' es justamente eso, porque son caminos diferentes de los que yo venía haciendo. Quien me conoce, me reconoce en las composiciones, pero la sonoridad te lleva a otro lado, es algo fresco, diferente.

¿El flamenco puede ser mainstream?

Es imposible que se masifique. Nunca lo será. Porque es una música complicada, son ritmos difíciles. El público en general no tiene ganas de complicarse la vida buscando el compás. Por eso triunfa lo sencillo, lo fácil de digerir, porque es lo que atrae a más gente, conforme vas complicando la cosa, la gente se va apartando. Eso es el flamenco. Si pones un tema con sonoridades de ahora, con arreglos y sintetizadores y metes una voz aflamencada, puedes tener muchas visitas, pero a ese tema le empiezas a quitar lo que sobra, y dejas solo la voz y la guitarra, se quedan 3 escuchándolo.

¿Qué sacas de compartir espacio con gente a la que admiras?

Muchas cosas: ves la realidad, el nivel musical y artístico que hay en el momento en el que ocurre. Soy una persona agradecida porque he tenido la fortuna y la suerte de trabajar y conocer a los artistas más importantes del mundo del flamenco, artistas de otra generación como Enrique Morente, Chano Lobato, José Mercé, Carmen Linares,. y de mi generación, que ha sido muy potente: Mayte Martín, Duquende, Miguel Poveda, El Cigala... una lista interminable de gente que me ha nutrido y me ha ido poniendo en el camino. Van marcando el nivel y tú te pones a ese nivel, sientes que estás en el sitio en el que más vas a aprender y en el que más disfrutas, porque es donde está la máxima calidad, más allá de que haya artistas muy buenos, potentísimos, que no son reconocidos. Los grandes artistas te aportan sabiduría y disfrute.

¿Hay alguien con quien te haya sorprendido trabajar?

Por la circunstancias, Enrique Morente. Me avisaron de sopetón para que le acompañara, y lo he agradecido siempre, me ha aportado mucho porque son retos en la vida que se te presentan y que tienes tres segundos para decidir si lo haces o no. Yo podía haber dicho que no, pero seguramente me habría arrepentido toda la vida. Si hubiese dicho que no por miedo, cobardía o respeto nunca me lo hubiera perdonado. Haber aceptado es algo por lo que yo me doy las gracias, porque fue una oportunidad única, aquella primera vez. Es ir escalando peldaños para codearte y trabajar con la élite del flamenco.

Conociste también a Paco de Lucía...

Y a Camarón de la Isla. Pude compartir algunos ratos con ellos, aunque nunca trabajé. Ellos son mi luz y mi foco, mi inspiración. Cuando me tropecé con ellos la primera vez casi me desmayo. No he sido nunca muy fanático, pero si por alguien hubiera dado lo que no tengo por conocerlos, sería por ellos dos. Cuando los conocí estaba como levitando, las siguientes veces también, pero como la primera vez no hay nada. Ahí pude colmar dos de mis mayores deseos. A veces miro las fotos y digo: es de vértigo toda la suerte que he tenido.

Suerte y trabajo.

Evidentemente la suerte sin trabajo no viene, pero hay veces que trabajas y estás en el sitio indicado en el momento indicado, y si no estás ahí, aparece otro. Es un poco todo.

¿Qué sientes cuando te subes al escenario?

Depende: responsabilidad, nervios, disfrute. Tampoco es una norma, siempre es distinto. Aún yendo con el mismo cantaor, con el mismo grupo, a hacer lo mismo, nunca es igual. Siempre hay circunstancias: un público, un teatro, un sonido. El momento de estar disfrutando como en una nube pasa pocas veces. La mayoría de veces estás pendiente de que todo esté perfecto.

¿Has llegado a aborrecer la guitarra?

Aborrecerla no, pero a veces estás un poco cansado, hay que darle descanso, a la mente sobre todo. Si estás inmerso en una cosa y tocas muchas horas, muchos días, a mí me encanta estar luego unos días sin saber nada de ella, ni de ella ni del flamenco. Es como limpiar, como hacer un ayuno musical, creo que es importante hacerlo.

¿Qué es para ti el flamenco?

Es una música que me ha dado todo en mi vida, es el arte y la música más importante de mi existencia. De lo que he vivido, de lo que vivo y de lo que espero vivir hasta que me muera. Y es lo que me ha dado más satisfacciones musicalmente hablando. El flamenco para mí es todo.

¿Sigues con la misma ilusión que el primer día?

La ilusión sí, la inquietud no. Cuando hay un proyecto nuevo enseguida cojo la guitarra y me pongo como cuando me lo decían hace 30 años, e intento crear algo bonito. Y espero que me siga pasando.

¿Qué te queda por aprender?

Bastante más de lo que sé. El saber es infinito y pobre de aquel que se piense que lo sabe todo, ese está condenado. Esto es ir haciendo y no mirar mucho lo que te queda por hacer, porque es tantísimo. Hay cosas que por condescendencia conmigo mismo no me paro ni a pensar, es contraproducente para mí. No quiero enterarme de lo que me queda por aprender, huyo de eso como de una vara verde.

Tienes aquí colgado el cartel del Festival de Guitarra de Barcelona 2007 del que formaste parte. ¡Qué nombres!
Tú mira qué festival de guitarra y ahora mira el de este año y dime cuántos guitarristas ves en el cartel. Si vengo a ver un festival de guitarra, vengo a ver a guitarristas. Y ahora programan cantantes, grupos, y algún guitarrista también, pero en comparación con este cartel. ¡Ahí hay 15 guitarristas en un mismo festival! Ahora a ver en qué festival encuentras a 15 guitarristas. Es como engañar a la gente. Ahora lo que quieren es llenar el teatro a toda costa. Esto habla de lo que está sucediendo con el flamenco, con la música. Nos estamos quedando en lo más superficial, no estamos yendo a la esencia ni trabajándola. Está todo muy pervertido, contaminado. Hay muy poca pureza y verdad en lo que se hace.
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