Como si de una película de acción se tratara, un fugitivo de la policía corrió como un loco el pasado sábado entre los coches de la A-2, a la altura de Sant Vicenç dels Horts, esquivando vehículos y obligando a varios conductores a frenar bruscamente, hasta que fue detenido por los Mossos d'Esquadra con 340 kilos de cobre robado en su furgoneta. El arrestado, de 26 años y con cuatro antecedentes policiales, conducía sin carné por pérdida total de puntos y portaba herramientas utilizadas para cometer días antes el presunto robo del material incautado en una empresa de la zona.
El susto fue mayúsculo en la A-2 para los conductores que el pasado sábado 11 de octubre por la mañana circulaban a la altura de Sant Vicenç dels Horts. Exactamente en el punto kilométrico 602 de la autovía, los automovilistas se toparon de repente con un hombre que huía corriendo entre los carriles, esquivando coches y obligando a más de uno a clavar el freno para no atropellarlo y evitar una tragedia.
El huidizo transeunte no era un peatón despistado ni un corredor extraviado: se trataba de un presunto ladrón que huía a la desesperada de un control de velocidad rutinario que los Mossos d’Esquadra habían montado en la calzada en dirección a Martorell. Pero la escapada del veloz fugitivo terminó solo unos minutos después, en un camino de tierra paralelo a la autovía, donde fue detenido por otra patrulla de los mossos que había participado en el dispositivo y que acudió rápidamente hasta la senda por la calzada de la autovía en dirección a Barcelona.
Exceso de velocidad y evasión de un control
El protagonista de esta temeraria escena fue un joven de 26 años con cuatro antecedentes policiales. Según ha informado este jueves la policía autonómica, el arrestado conducía una furgoneta que circulaba con exceso de velocidad en dirección a Martorell cuando fue detectado por la patrulla de Mossos. Los agentes de tráfico le ordenaron que se detuviera en la siguiente salida, pero el conductor, al llegar al desvío, frenó en seco, abrió la puerta del vehículo y echó a correr entre los vehículos, atravesando las dos calzadas de la A-2-y sembrando el caos momentáneo en ambos sentidos de la vía.
La rápida coordinación entre las patrullas permitió cerrar su vía de escape. Los Mossos que circulaban en sentido contrario, hacia Barcelona, lo interceptaron finalmente cuando trataba de esconderse junto a un camino de tierra que discurre paralelo a la autovía.
Conducía con un carné sin puntos
Al identificarlo, los agentes descubrieron que el hombre tenía el carné de conducir retirado por pérdida total de puntos. Pero la sorpresa mayor estaba dentro de la furgoneta: 340 kilos de cobre pelado, cuidadosamente apilados en el maletero. El detenido reconoció que el material procedía de un robo cometido días antes en una empresa. También llevaba en el vehículo una cizalla de grandes dimensiones y varias herramientas utilizadas para cortar y arrancar los cables.
Tres delitos y cobre al alza
El fugitivo fue arrestado acusado de tres delitos: apropiación indebida, resistencia y desobediencia a los agentes, y creación de un grave riesgo para la circulación. Además, fue denunciado administrativamente por conducir sin permiso y por exceso de velocidad.
El cobre, cuyo valor en el mercado negro ha aumentado en los últimos meses, se ha convertido en objetivo frecuente de los ladrones. Cada kilo puede alcanzar un precio notable, y los robos de cableado provocan a menudo cortes eléctricos, averías en infraestructuras y perjuicios a empresas. Esta vez, sin embargo, la huida del supuesto ladrón acabó con un frenazo en seco —literalmente— y con su arresto. Una historia que comenzó con un control de tráfico rutinario y que, durante unos minutos, convirtió la A-2 en un escenario de película de acción. Con final feliz y sin que hubiera que lamentar heridos.