Lo que empezó como una simple infracción de tráfico en una calle de L'Hospitalet ha acabado desarticulando una banda especializada en engaños y robos a personas mayores. Dos Mossos d’esquadra de paisano ha desenmascarado, casi por azar, a tres hombres que se hacían pasar por revisores del gas para robar dinero y joyas a sus víctimas. La intervención de los agentes ha permitido recuperar parte del botín sustraido a una mujer de 81 años de Sabadell, a la que le robaron tarjetas de crédito y joyas, y ha permitído destapar una estafa que posiblemente se haya producido también en otros puntos del área metropolitana de Barcelona, algo que se sigue investigando
En una patrulla rutinaria por L’Hospitalet, el pasado 22 de octubre, a dos Mossos d’Esquadra de paisano les llamó la atención un coche mal estacionado del que acababa de bajarse un hombre para entrar en una tienda de compraventa de oro. Al echar una ojeada de rigor al interior del coche, comprobaron que dentro había dos personas más esperando. Aparentemente, nada sospechoso… hasta que uno de los dos hombres se delató con un gesto nervioso y rápido para esconder algo debajo del asiento. Lo que parecía una simple infracción de tráfico terminó dando paso a una investigación por hurto y estafa. Y es que, sin saberlo, los agentes acaban de descubrir a una banda de falsos revisores del gas que estafaba a personas mayores.
En el registro del coche, los policías hallaron 600 euros en billetes de 50, guantes de látex, mascarillas y varios comprobantes bancarios que coincidían con esa misma cantidad en metálico. Los tres hombres, de 21, 24 y 42 años, respectivamente, no supieron explicar de dónde había salido el dinero. Los mossos tiraron del hilo y pronto descubrieron la procedencia: un domicilio de Sabadell, donde residía una mujer de 81 años.
Dos supuestos revisores bien vestidos
La anciana explicó a la policía que, días antes, había abierto la puerta a dos supuestos revisores del gas. Vestían de forma correcta, hablaban con seguridad y decían trabajar para una empresa colaboradora de una distribuidora de energía. En cuanto cruzaron el umbral, la mujer bajó la guardia. Minutos después de su visita, descubrió que le faltaban dinero, joyas y dos tarjetas bancarias. No tardó en recibir alertas del banco: alguien estaba sacando dinero de sus cuentas.
Esos “alguien” resultaron ser los mismos hombres con los que, por casualidad, los Mossos se habían topado L’Hospitalet. Al seguir investigando, los agentes descubrieron que el tercer integrante del grupo, el que se había bajado del coche, había ido a la tienda de oro para vender las joyas robadas.
Intervención de la Fiscalía de Víctimas Vulnerables
Los tres sospechosos fueron detenidos y puestos a disposición del Juzgado de Guardia de L’Hospitalet, bajo la coordinación de la Fiscalía Provincial de Víctimas Vulnerables. La policía autonómica investiga si la banda podría estar implicados en otros casos similares registrado en el área metropolitana de Barcelona y sus aledaños.
La resolución del caso, que esta vez ha tenido un final feliz, ha de servir para recordar la importancia de no abrir la puerta a desconocidos y de desconfiar de quienes se presentan sin aviso previo, aunque digan pertenecer a una compañía de servicios. Esta vez, la intromisión de los Mossos d’Esquadra en las fechorías de los arrestados ha evitado que la estafa siguiera extendiéndose. Pero cuidado, la picaresca también llama al timbre.
Si (
No(
