Víctor Küppers: “Nuestra vida vale según nuestra actitud, nuestra manera de ser. Vivir en el desánimo es conformarse a vivir en la mediocridad. Depende de uno mismo. Tú eliges”

“Siéntense al lado de otra persona en un autobús y digan buenos días; verán como agarra el bolso más fuerte. O como le digo a mis alumnos, salid del aula y llamad a vuestra madre para decirle lo mucho que la queréis. La dejaréis tan trastocada que lo primero que os dirá será dónde estáis y si estáis bien. Estamos tarados; el ser humano está tarado”, concluye Victor Küppers ante la risa de los asistentes. Y ciertamente, lo estamos. Solo así se entiende que España sea el segundo país que más antidepresivos vende del mundo, solo después de Estados Unidos. Algo falla. Seguro. “Pero las cosas son como son”. Más en este momento en el que las cinco palabras más escuchadas son crisis, paro, déficit, corrupción y recortes. Pese a ello, el desánimo no puede ser perenne porque todo se transmite: “Somos como bombillas: podemos ir a 30.000 voltios o fundidos”.

Para no ir, precisamente, como bombillas inmersas en la oscuridad y para ver la luz en lo personal y en lo profesional, PIMEC Joves Empresaris del Baix Llobregat y L’Hospitalet reunió ayer alrededor de 150 asistentes vinculados a la pequeña y mediana empresa en el Parc Arqueològic de Mines de Gavà en una sensacional jornada protagonizada por el doctor en Humanidades que se suma a tantas que llevan organizando a lo largo del año, un año que ha consolidado aún más si cabe el lobby comarcal de jóvenes empresarios y emprendedores de pimes: “Es un orgullo observar que los empresarios del territorio deseamos encontrar ideas, hábitos prácticos y útiles con la finalidad de mejorar y potenciar las actitudes personales”, decía el presidente de PIMEC Joves Empresaris en el Baix Llobregat y L’Hospitalet, Sergi Fuster, antes de comenzar la jornada, titulada ‘Vivir con entusiasmo’.

Tú eliges tu manera de ser

Una jornada que acabó incluso poniendo una fórmula matemática al valor de nuestras vidas. “Algunos dirán que valen un imperio”, bromeaba Küppers ante la ecuación: V = (c + h) x a. O lo que es lo mismo: conocimiento más habilidad por actitud. “Fíjense que la actitud multiplica: nuestra vida vale según nuestra actitud, por nuestra manera de ser. No elegimos a nuestros amigos por su currículum”. Y, efectivamente, si la actitud es cero, por muchos conocimientos y habilidades, el resultado será cero. Una buena actitud es lo que diferencia a una gran persona de un mediocre. Por eso, “tenemos que ir ‘chutaos’”, decía el ponente en el mejor de sus sentidos.

Y para ello, Küppers resumía la estrategia en tres claves: “no ir por la vida como pollos sin cabeza; no ser un lagarto –no tener esta picardía con connotación negativa ni ser una persona que antes busca la excusa que lo qué se puede hacer para mejorar: “todo aquel que enseguida dice ‘Es que…’, ‘Es que…’; ¡lagarto!; y, por último, no ser un cenizo o, visto en positivo, tener alegría y humor. Y, todo esto, según Küppers, depende de uno mismo. “El estado de ánimo, la actitud, es el que uno quiere tener. Claro que tenemos derecho a enfadarnos, más ahora, nada más faltaría; pero el desánimo debe ser puntual. Vivir en el desánimo es conformarse en vivir en la mediocridad. Si uno no tiene dramas importantes y si llegamos con cierta dignidad a final de mes, tenemos que pensar que somos unos privilegiados”.

Una buena actitud, por tanto, puede ser la clave del éxito en lo personal, pero también en lo profesional dejaba ver Küppers en su explicación. “Ya lo verán, en realidad son cosas muy básicas las que he venido a explicar; cosas que todos sabemos. Pero la cuestión no es saber, sino hacer”. Y, para hacerlas, uno tiene que luchar. “Tú eliges”.