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Otra oportunidad para la participación de todos en la cosa pública
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Otra oportunidad para la participación de todos en la cosa pública

L'Hospitaleando

Por Eva Jiménez Gómez
lunes 07 de marzo de 2016, 11:01h
Ya ha comenzado a andar el Consejo Social de la Ciudad de L’Hospitalet de esta legislatura. El jueves 3 de marzo, las personas y entidades seleccionadas aceptaron sus cargos y encargos para poner a punto la maquinaria. La alcaldesa y presidenta del Consell, Núria Marín, se felicitó por contar con este órgano de participación ciudadana, si bien reconoció que el consejo “podría dar más de sí” y que todavía queda “mucho trabajo” por hacer.

Este reconocimiento implícito de las deficiencias del anterior y primer Consejo Social de la Ciudad (CSC) fue explicitado por algunos de los participantes más veteranos, como el presidente de la Federación de Entidades de Vecinos y Vecinas de L’Hospitalet, Manuel Piñar, antes del acto. El líder vecinal opinaba que sería conveniente una mayor agilidad y una mayor capacidad de trabajo para resultar más eficaces.

Estos podrían ser algunos de los motivos por los que ha bajado el número de entidades que han solicitado formar parte de este organismo. Así, en 2013 se presentaron 83 entidades, cuando legalmente sólo pueden pertenecer 75, por lo que hubo que realizar un sorteo. Esta legislatura, en cambio, se han presentado 56 y ha habido que ampliar el plazo para presentar solicitud. Finalmente, figuran 73 entidades como miembros del plenario, aparte de los invariables (presidenta, vicepresidente, secretaria, concejales, federación de vecinos, sindicatos y asociaciones del mundo económico-empresarial, representantes de los consejos de distrito y de la asociación de antiguos concejales). En total, 108 personas, a la espera de que se nombren algunas más.

También podría haber influido que haya pasado demasiado tiempo entre la última sesión, celebrada el 27 de abril de 2015, y la constitución de este jueves, como apuntó el representante del Casalet, Moviment d’Ensenyants de L’Hospitalet. Robert Escribano sostuvo que al menos “debería haber seguido la Comisión Permanente” y la alcaldesa le dio la razón al reconocer que se intentará que los trabajos “no se paralicen como consecuencia de unas elecciones municipales”, en alusión a las celebradas el pasado 24 de mayo.

Para poder comenzar a estudiar y realizar propuestas que mejoren la ciudad, todavía quedarían otras personas o entidades por incorporar: diez por designación directa de la alcaldía, otras diez a propuesta de las entidades del pleno, una para estar presente en la Junta Local de Seguridad y diez más para escuchar lo que se diga en el Consell Consultiu i Assessor de los servicios de los medios de comunicación municipales. La forma de seleccionar y votar estos representantes generó numerosas dudas, que se resolvieron con un haremos lo que podamos por ser transparentes y ofrecer la información a tiempo de la presidenta. En todo caso, quedó claro que las entidades podrán proponer a quienes lo deseen hasta el 14 de marzo, para poder así celebrar la próxima reunión el próximo 7 de abril.

Tiempos, inercias y pluralidad

Concluida la sesión, los portavoces de algunas entidades se mostraron inquietos por la falta de tiempo. “Tenemos que pensarlo, proponérselo a quienes elijamos, esperar a que se reúna su junta para decidirlo… Vamos a andar justos”. Otros, con más callo, se mostraban tranquilos: “Varias asociaciones nos juntamos de vez en cuando, así que no habrá problema para presentar una candidatura conjunta”.

La vida misma. Cuando uno percibe que no tiene tiempo, lo fácil es transitar por caminos andados. Es cierto que la alcaldesa sugirió, con buen criterio, que se presentaran candidaturas plurales, esto es, donde hubiera representantes del mundo vecinal, cultural, educativo, solidario, deportivo, de ocio y tiempo libre, etc. Ahora bien, ¿alguien se atreverá a llamar a puertas desconocidas, en aras de la pluralidad? Estoy pensando en la población nouvinguda, que apenas tiene representación entre las entidades presentes en el acto y que constituye un porcentaje importante de la población hospitalense (19% según cifras oficiales de 2014, pero seguro que hay más).

Algunos pensarán que ellos han sido libres para presentarse, y no lo han hecho. Y es verdad, pero pensemos en nosotros. ¿Hubiera nacido el Consell Social de la Ciutat si no nos obligara la Ley/1985 (art.131)? Una ley postfranquista que reconoce en su preámbulo que hay que regenerar “un tejido social desatendido cuando no decrépito y lacerado por los sucesivos embates de cuantos vicios y abusos asolaron nuestra vida pública”. ¿No hemos necesitado nunca la ayuda de los que entonces estaban mejor que nosotros y podían pararse a pensar en lo mejor para todos? Si seguimos haciendo las cosas como siempre –bueno, como en el primer CSC-, entonces no podremos quejarnos de que en la próxima legislatura alguien vuelva a lamentarse de su escaso alcance y eficacia.

PD: Y ahora me meto donde no me llaman –o sí-. Las nuevas tecnologías permiten una comunicación sencilla, rápida y barata, así que sólo hay que conseguir 73 correos electrónicos para crear un grupo y comenzar a proponer y dialogar. Como se suele decir, sólo hace falta voluntad política o, en este caso, voluntad social. Es sólo un ejemplo. Lo ideal sería no desaprovechar esta nueva oportunidad.

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