Autismo en la edad adulta

El síndrome de Asperger se considera una forma leve de trastorno del espectro autista (TEA). No se trata de una discapacidad, sino de otra percepción en el cerebro. Pero puede manifestarse de formas y grados de gravedad muy diferentes, y plantea algunos desafíos para la vida diaria.

El interés por relacionarse con otras personas no es menor en el síndrome de Asperger que en la mayoría de la gente. Sin embargo, a los afectados les resulta muy agotador descifrar las expresiones faciales, los gestos y el tono de voz. La comunicación se hace difícil, porque la persona afectada se lo toma todo literalmente, y no se comprenden ironías, metáforas y juegos de palabras.

Aunque muchas personas con síndrome de Asperger logran construir una relación estable y formar una familia, para otras supone todo un desafío establecer contacto con parejas potenciales, debido a la falta de empatía y de habilidades sociales.

Para los adultos con síndrome de Asperger puede ser difícil regular emociones como la ansiedad y la ira. Esto agrava la dificultad para entablar y mantener relaciones con otras personas, favoreciendo el surgimiento de más ira y de frustración. Además, la ansiedad se ve alimentada por el apuro para desenvolverse en contextos sociales y para descifrar el lenguaje no verbal, brotando sentimientos de soledad y aislamiento que pueden favorecer la aparición de depresión.

La realidad es que las personas con síndrome de Asperger sí que suelen estar muy interesadas y motivadas para conocer gente, hacer amigos y mantener relaciones, pero carecen de las habilidades para hacerlo.

Se dice que alrededor del 0,5 al dos por ciento de las personas se ven afectadas por el síndrome de Asperger. Cuatro veces más hombres que mujeres. Las cifras exactas no existen. Ni tampoco las causas exactas, aunque presumiblemente existe una predisposición genética.

El autismo es una condición compleja y sin cura. Sin embargo, existe una variedad de enfoques terapéuticos que pueden ayudar a controlar sus síntomas. El primer paso siempre consiste en analizar las propias preferencias, fortalezas y debilidades.