www.elllobregat.com
El acercamiento para gestionar mejor el Delta conduce a la ampliación del aeropuerto
Ampliar

El acercamiento para gestionar mejor el Delta conduce a la ampliación del aeropuerto

sábado 09 de julio de 2022, 09:00h

El principio de acuerdo entre la Generalitat de Cataluña y los ayuntamientos de Gavà, Sant Boi y Viladecans para redefinir las zonas ZEPA y blindar el Parc Agrari abre la puerta a que también se vuelva a trabajar para alcanzar un consenso que desatasque el proyecto de conversión del aeródromo barcelonés en un hub intercontinental y, de paso, que se recuperen las inversiones perdidas

En el Delta del Llobregat parece que empieza a imperar la razón después de demasiado tiempo de desencuentro entre administraciones. Ha hecho falta un severo correctivo de la Unión Europea (UE) y un paso en falso de la Conselleria d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural -que presentó el proyecto de ampliación de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) a espaldas de los municipios de Viladecans, Gavà y Sant Boi y con el único respaldo del Ayuntamiento de El Prat, para que haya cristalizado un principio de acuerdo sobre la protección de las zonas naturales que además garantice la supervivencia del sector agrícola del territorio. Pero si se analiza con un poco de ángulo, se constata que ese acuerdo va más allá, porque también pone la primera piedra de un futuro consenso del territorio sobre la ampliación del aeropuerto barcelonés Josep Tarradellas, suspendida en septiembre de 2021 por desavenencias entre los diferentes gobiernos (municipales, autonómico y estatal).

El aérea metropolitana de Barcelona dejó escapar hace casi un año un tren con 1.700 millones de euros de inversión del Gobierno de España destinados a ampliar la tercera pista del aeródromo pratense y a construir una terminal satélite que diera servicio a los vuelos intercontinentales. La suspensión del proyecto fue kafkiana porque el 2 de agosto se había llegado a un principio acuerdo entre la Generalitat y el Estado para que el gestor aeroportuario Aena incluyera en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) 2022-26 las partidas destinadas a El Prat e incluso la construcción de sendas estaciones de AVE en los aeropuertos de Reus (Tarragona) y Vilobí d’Onyar (Girona).

La entente se rompió, además de por motivos políticos, por cuestiones medioambientales. La ampliación de la tercera pista por su cabecera más próxima al río Llobregat acarreaba la destrucción casi total de la laguna protegida de La Ricarda, que forma parte de la reserva natural del Delta.

Modificación urgente

Pero esa entente se puede reconstruir si se continúa por la senda abierta este miércoles por Gavà, Sant Boi y Viladecans y la consellera d’Acció Natural, Teresa Jordà y que tiene visos de prosperar, pues las cuatro administraciones han acordado la constitución inminente de tres mesas de trabajo sobre el modelo de gestión, la organización del territorio y la delimitación de las zonas ZEPA y agrícolas en cada uno de los municipios afectados. Además, han pactado una “modificación urgente” de la normativa que regula el Parc Agrari del Baix Llobregat, que, por fin, permitirá la modernización y tecnificación de los cultivos y abre la puerta a la creación del hub agroalimentario que impulsan los tres consistorios, con el apoyo de la UPV y parte de los payeses.

El acercamiento entre Generalitat y territorio también puede dar alas al optimismo de sector económico, que resigna a la pérdida de inversiones y de peso específico del área metropolitana de Barcelona en el conjunto del Estado y que busca una excusa para reactivar el proyecto y la negociación. En los últimos meses, ya han surgido varias voces en la sociedad civil metropolitana y también en el mundo empresarial que abogan por reabrir las conversaciones entre Generalitat y Estado (con el beneplácito municipal) de cara a que aterricen en el aeropuerto de El Prat los 1.700 millones de euros que siguen en el limbo.

Alternativas a la DORA

Uno de los últimos en reivindicar el diálogo ha sido el presidente de Pimec, Antoni Cañete, quien en una entrevista exclusiva concedida a El Llobregat reconoce que “hay alternativas” para recuperar la inversión en el hub intercontinental, sin que sea necesario esperar a la siguiente DORA (la 2026-2030 y mediante otro tipo de formas, como un gran pacto de infraestructuras como el que dio lugar al generoso Plan Delta (que trajo la ampliación de puerto y aeropuerto, el desvío del río Llobregat, la construcción de la Autovía del Baix Llobregat (A-2) y la ‘pata sur’ de la Ronda de Dalt (C-32) o la macro-depuradora de El Prat como proyectos más destacados). Eso sí, siempre y cuando exista voluntad política y “consenso”, entre los actores, subraya Cañete.

Y es que ampliación del aeropuerto, aumento de la protección ambiental en la reserva natural del Delta y persistencia del Parc Agrari del Baix Llobregat (afectado por la ampliación de las ZEPA) van de la mano. Y es un debate que se debe acometer en un mismo pack. Sin ir más lejos, el alcalde de Viladecans, Carles Ruiz, reconoce que “con la negativa a ampliar el Aeropuerto se ha perdido una oportunidad para mejorar la calidad de los espacios naturales” deltaicos.

Un debate incorrecto

De hecho, Ruiz va más allá y diagnostica que también se ha acometido de forma incorrecta la discusión sobre los espacios naturales del Delta “porque se ha hecho un debate cuantitativo. Solo se ha hablado de multiplicar hectáreas (de zonas protegidas) y esa no es la cuestión. Se ha debatido de forma cuantitativa pero no se ha abordado de forma cualitativa”, agrega el primer edil, cuando era lo necesario

El alcalde de Viladecans considera que también ha faltado un segundo debate: el del modelo aeroportuario de futuro, más importante incluso que el medioambiental, porque sin éste, hablar de ampliación no tiene sentido. “¿Qué modelo de aeropuerto queremos para El Prat ¿Queremos un modelo de proximidad, algo a medio camino entre Frankfurt, Milán y Londres? Entonces, ya estamos bien”, argumenta Ruiz. Otra cosa es que se aspire a ser un hub con conexiones directas diarias a Estados Unidos o a Asia, por ejemplo.

La conexión con el mundo

“El debate de la ampliación del aeropuerto es el debate de cómo quiero conectarme con el mundo”, insiste el alcalde del Baix Llobregat. Y él mismo justifica su posicionamiento: “Con lo que el aeropuerto tiene ahora, no está correctamente conectado con el mundo”. Y a partir de ahí se debe articular cualquier alternativa de futuro.

Otro aspecto que Ruiz sostiene que tampoco se evaluó como es debido, antes de la ruptura del consenso por el aeropuerto y la cancelación de la inversión de Aena de 1.700 millones de euros, es la temporalidad. Ha faltado proyección, perspectiva. Y es que, según el político socialista, la ampliación de El Prat se ha mirado con ojos de 2021, en lugar de plantearse con la vista puesta “en lo que habrá dentro 10 años, no en lo que tenemos ahora”, destaca.

A diez años vista

Para argumentar sus postulados, Carles Ruiz plantea un interrogante “¿Cuándo se va a implantar la ampliación de la que hablamos ahora? “. Y el mismo responde a algo que no por obvio parece no haber sido demasiado tenido en cuenta: “Dentro de diez años”.

Y ahí es donde radica la falta de miras. “¿Estaremos igual que ahora? ¿En diez años la tecnología de la aviación será igual que ahora?”, se pregunta el alcalde de Viladecans, Y la doble respuesta es un rotundo “NO”. Es decir, que en una década las condiciones para la ampliación de El Prat serán mucho más óptimas para el medio ambiente que ahora, ya sea por las mejoras tecnológicas o por la propia evolución del sector aéreo.

Pérdida de biodiversidad

El acuerdo entre Viladecans, Gavà, Sant Boi con la consellera Jordà (al que es imprescindible sumar al Ayuntamiento de El Prat) pone el dedo en la llaga de lo que ha sido el gran mal de la reserva natural del Delta: la mala gestión. Si las administraciones conforman algún tipo de organismo supramunicipal o consorcio con mando único en el territorio, lo dotan de un jugoso presupuesto y ejecutan un plan de gestión adecuado y ambicioso, el debate sobre el aeropuerto podría reabrirse porque ya se habría solventado la mayor lacra del Delta denunciada por la UE: la desidia en el gobierno del territorio. “Lo primero que ha recriminado Europa es que el problema de la pérdida de biodiversidad en el Delta del Llobregat tiene que ver con mala gestión que se ha hecho de los espacios naturales”, recuerda Carles Ruiz, y no tanto con la superficie de la reserva natural y las ZEPA.

Si esta incipiente cimentación del consenso entre las administraciones implicadas fragua, la ampliación del aeropuerto volvería a salir a la palestra y a formar parte de la agenda política y económica metropolitana. Que el resultado final sea uno u otra, dependerá de la voluntad de las partes, pero de unas más que de otras.

Doble juego

Y es que no se puede obviar que una parte del Govern de la Generalitat hace un doble juego: a nivel local (o municipal) se alinea con los movimientos ecologistas -para afianzarse un caladero de votos- y demonizan la construcción de nuevas y modernas infraestructuras (un ambiente en el que también se siente cómoda la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau), mientras desde los despachos de las diferentes consellerias sus titulares y sus técnicos abogan sin bagajes por el desarrollo, la tecnificación y el progreso. No es una cuestión baladí, pues en función de la facción que se acabe llevando el gato al agua va a acabar dependiendo que el aeropuerto de Barcelona evolucione a hub intercontinental o que se quede como está,

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios