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“Las personas son muchísimo más que la nota que sacan en un examen”
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“Las personas son muchísimo más que la nota que sacan en un examen”

domingo 04 de septiembre de 2022, 12:55h

Marta Bernadet (Sant Boi, 15 de julio de 2004) es una estudiante excelente. Tanto, que en las últimas Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), la popular Selectividad, celebradas el pasado junio consiguió los máximos laureles en el baremo común: un ‘10’, algo que no ocurría desde 2014. Esa notaza y su brillante expediente académico le han abierto la puerta este nuevo curso a la carrera de medicina en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Alumna de los Salesians de Sant Boi desde P3, ha cursado el Bachillerato en los Salesians de Sant Vicenç dels Horts

Una doble lesión de rodilla que se hizo jugando a fútbol despertó en Marta Bernadet la vocación por la Medicina. Sabía que lo iba a tener difícil para entrar en la carrera que deseaba, así que se preparó a conciencia las PAU. Aunque no se esperaba un rutilante ‘10’, sí que salió de los exámenes de la Selectividad con un buen sabor de boca, que era el preludio del éxito. La joven sabe que ese triunfo es fruto de su trabajo y su esfuerzo, pero reconoce que en él también han jugado un papel importante sus padres y sus maestros.

Tus profesores me han dicho que además de ser una muy buena estudiante y una muy buena compañera, lo que más destaca de ti es tu espíritu crítico. ¿Y eso?

A veces, se tiene la sensación de que sacar buenas notas significa que fluyes en el mismo sentido que el sistema. No se identifica sacar buenas notas con ser rebelde, con ir en contra las opiniones dominantes. Y yo, para ciertas cosas, soy rebelde.

Rebelde con...

Con muchas cosas. Para empezar, con el sistema educativo que tenemos y con la Selectividad.

¿La selectividad? ¿No estás contenta con tu 10?

No es eso. Las notas de corte y el sistema de exámenes hacen que se desperdicie mucho talento. A mí se me da bien sacar buenas notas y este sistema me beneficia. Pero la compañera que se sentaba a mi lado en clase tiene un talento brutal bailando, pero, en cambio, la Selectividad no le ha permitido entrar en la carrera que ella quería. No me parece del todo bien.

Pero no hay plazas para todo el mundo.

Claro. Y tampoco se me ocurre una fórmula alternativa. Me gustaría poder cambiarlo, pero no sé cómo.

La selectividad es traumática.

Mucha gente se frustra con las notas y eso daña mucho a la salud mental. Al final va a ser una nota la que defina el camino de nuestra vida y por eso muchos compañeros cuando sacan una mala nota se agobian y se estresan. Aunque dicho por mi parezca contradictorio creo que no hay que darles tanta importancia a las notas. Una persona es muchísimo más que la nota que saca.

¿Te esperabas el ‘10’?

No. Esperaba una buena nota para poder entrar en medicina. Salí de los exámenes bien, contenta. Excepto con el de mates, que me equivoqué al inicio y lo tuve que volver a repetir. Y eso que matemáticas era la asignatura que mejor llevaba. Tenía dudas de si podría entrar en la UPF piden mucha nota (un 13,1). Yo esperaba que mi nota fuera por ahí pero nunca sabes si sacarás lo suficiente porque puede que suba la nota de corte o que pida una plaza gente que haya sacado muy buenas notas.

¿Y por qué medicina?

No lo tenía claro. Me gustaban muchas cosas y me decía a mí misma que si estudiaba una me estaba cerrando la posibilidad de estudiar las otras, así que iba posponiendo la decisión. Hasta que llegó 2º de Bachillerato y el tutor y la psicóloga del instituto me dijeron que debía decidir. Pero medicina, la veía como una carrera muy lejana, para gente más ‘top’, más élite.

¿Qué te hizo cambiar?

A mi me gusta mucho el fútbol, desde pequeña. He jugado en el equipo femenino del Santboià durante la ESO y también en Bachillerato. Pero me lesioné en ambas rodillas, primero una y luego la otra, y tuve que pasar por el quirófano. Me operaron, hice recuperación, tuve visitas con especialistas y todo eso me abrió al mundo de la medicina. Pensé que eso, médico o traumatólogo, es lo que me gustaría ser de mayor.

¿Médico con vocación, de los que el mero ejercicio de la profesión les produce satisfacción?

sí. Siempre me ha gustado servir a los demás. Antes quería ser profesora porque, en clase, mis compañeros me preguntaban cosas y yo se las explicaba. Y esa sensación de satisfacción que me daba ayudarles me encantaba. Y me decía “quiero ser profe”, por eso, por el servicio a los demás. La medicina también lo tiene.

Conozco a más de una persona que empezó medicina y lo dejó por falta de vocación…

Dejar una carrera que no te gusta, que no te llena es de valientes. Igual lo fácil es dejarse llevar, hacer medicina o lo que sea por la presión familiar.

¿Tienes en mente dedicarte a alguna especialidad?

No. Es algo que ya iré perfilando durante la carrera. Me gusta la traumatología, también me gusta mucho la psiquiatría y la pediatría, porque desde siempre me han gustado mucho los niños pequeños. Ya se verá.

Con las lesiones, lo de futbolista profesional queda descartado…

Lo llegué a pensar. Cuando jugaba en el Santboià, me decía “a tope con el fútbol”. Pero las lesiones te frenan y cuando ya te afecta a la salud, lo mejor es dejarlo. Sigo jugando, pero no a nivel competitivo.

¿Y de qué juegas?

De medio centro interior. Como Xavi o Iniesta. En su misma posición, pero, claro, a otro nivel..

Como jugadora, ¿Qué te parece el actual ‘boom’ mediático del fútbol femenino?

Me hace mucha gracia porque yo seguía al Barça femenino antes de este boom. Mi jugadora favorita era Alexia Putella, porque juega en la misma posición que yo. La veía y pensaba “qué jugadoraza”. Me alegré mucho cuando ganó el Balón de Oro.
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Eres una fan...

Sí pero no estoy de acuerdo con la tendencia de que si ves fútbol masculino tienes que ver obligatoriamente fútbol femenino. Cada uno tiene que ver lo que quiera. No hay que forzar que el fútbol femenino lo vea todo el mundo. Que lo vea quien lo disfrute.

¿Qué porcentaje de tu éxito se lo debes a tus padres? ¿Te han ayudado a llegar donde estás?

Sí. Son muy importantes. Siempre ha habido a mi alrededor un ambiente muy estimulante para mis capacidades cognitivas. He crecido muy bien, con una buena infancia. Desde pequeña me apuntaron a piscina, siempre he practicado deporte, y a música. La música me ha ayudado mucho, es casi lo mismo que las matemáticas. Gran parte de mi éxito en ‘mates’ es porque de pequeña hice música. Mis padres son los dos profesores, con vocación de servicio, y mi educación se la debo a ellos.

¿Y los Salesianos?

Me han ayudado mucho. Me han preparado para los exámenes de las PAU y me han orientado. Llegué aquí y no sabía qué haría la Marta del futuro y ahora ya lo sé. El tutor de la clase ha sido un acompañante y eso a un alumno le ayuda mucho. Es algo más que una relación entre alumno y profesor, te da consejos y eso es importante. El colegio nos ha enseñado bien. Pero, claro, si en tu casa no haces nada...
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Tu generación es muy competitiva, ¿eso se lleva bien?

La competencia genera frustración. Con las redes sociales te puedes comparar con otros, ver vidas que sin internet no verías. Y la gente se frustra porque quiere tener una vida que no es la suya, que es de otra persona, y que encima no sabes si es real del todo o es solo fachada. Pero va a cambiar.

¿Eso quiere decir que se acabará ese mal rollo generalizado, con uno mismo y con los demás?

Sí, porque la gente cada vez es más consciente de que compararse con alguien que ni conoces no te hace ningún bien. En cuanto uno se da cuenta, deja de hacerlo. Creo que, al final, la capacidad de crítica va a prevalecer por encima de la mera imagen.

También eres de la generación del cambio climático, la que va a sufrir las consecuencias…

No soy catastrofista. Es verdad que el cambio climático existe y que no hay que quedarse de brazos cruzados, pero hay que ser optimista. No se acaba el mundo. Lo que más valoro ahora mismo es la felicidad.

¿Cómo se prepara una selectividad fuera de serie?
La santboiana Marta Bernadet no esperó al último día para atacar los libros y los apuntes: “Durante el mes anterior a las PAU iba al instituto a las clases de repaso, Después, salía un trato a correr y volvía al estudio, pero en casa. Para estudiar mejor, en algunas asignaturas como matemáticas, seguía videos explicativos en YouTube, que entran muy bien y te ayudan a comprender los conceptos. También escuché un podcast sobre Historia de España. Es una forma de estudiar más amena, que iba alternando con los métodos más tradicionales. Y aunque no seguía un horario muy estricto siempre respeté las horas de sueño. No soy una persona que sienta la necesidad de salir mucho, pero con horarios así es muy difícil quedar con gente. Pero solo es un mes”. Al acabar los exámenes, como bien merecido premio, Marta se fue a Salou con su pandilla. Allí se enteró de su ‘10’.
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