Los efectos colaterales del covid-19 siguen causando estragos en la economía, aunque sea a pequeña escala. Es lo que has sucedido con el Bar del Taxi del Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat que sigue cerrado desde el parón forzoso iniciado con el estallido de la pandemia del coronavirus lo que ha provocado que sus once trabajadores pierdan el trabajo, según ha denunciado este miércoles el sindicato CCOO.
La central sindical ha atribuido el despido general de la plantilla del bar a un conflicto entre el gestor aeroportuario AENA y la compañía SERHS, concesionaria del establecimiento. Esta disputa ha desembocado no solo en que el bar siga sin poder abrir al público, sino en que la adjudicataria ha decido retornar la concesión del mismo a AENA, lo que ha dejado a la actual plantilla sin empleo.
Detrás del desencuentro están también las condiciones económicas de las concesiones de restauración y venta del aeropuerto barcelonés, que han sido un constante “elemento de conflicto durante toda la pandemia”, como han recordado desde CCOO. No pude obviarse que el propio Congreso de los Diputados aprobó una iniciativa por la que se instaba a AENA a buscar acuerdos equilibrados que permitieran a las empresas concesionarias amortiguar las pérdidas hasta que los aeropuertos recuperaran la normalidad.
Sin aportación fija
En el caso de los once despidos del Bar del Taxi ha jugado un papel relevante que SERHS no ha podido cumplir con las exigencias del pliego de condiciones que regula la actividad y que obliga a la empresa a hacer una aportación fija durante toda la vigencia de la concesión y otra variable en función de la facturación de caja. Según el sindicato, la compañía no ha asumido el montante de la cantidad fija, lo que ha impedido la apertura y ha provocado que los trabajadores hayan encadenado ERES hasta que “hasta llegar a agotar sus prestaciones”, han lamentado en COOO.
El sindicato ha reclamado a AENA que rectifique su postura y se abra a una “rápida apertura y puesta en funcionamiento del bar para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y su servicio a viajes y viajeros”. Las mismas fuentes han advertido de que la actual degradación del establecimiento ya va a hacer necesaria una importante inversión para volver a ponerlo en funcionamiento”.
Interés social
Desde CCOO han insistido en que el 51% del capital de AENA es público y que, por lo tanto, “no puede encarar los conflictos pensado exclusivamente en el beneficio económico, sino que debe primar el interés social”. Y, según CCOO, “no existe mayor interés social que el mantenimiento de los puestos de trabajo en un aeropuerto que este verano ha estado funcionando casi al 100% de actividad”.
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