Todas estas bicis aparcaron el año pasado en el aeropuerto de El Prat

Aunque pueda parecer extraño, al aeropuerto de Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat también se puede llegar en bici. Y es más se puede aparcar de forma segura utilizando los Bicibox que forman parte de la la red de estacionamientos para bicicletas del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Prueba de que la movilidad sostenible y la aeronáutica no están reñidas es que el pasado año 2022 utilizaron este servicio 4.744 bicicletas, 2.789 de ellas en el 'parking' del Polígono de Servicios Aeroportuarios (solo accesible para los empleados), 702 bicis en la Terminal T2 y otras 1.253 en la Terminal T1 (en el parking G para trabajadores aeroportuarios).

Los números son buenos, pues traen consigo una recuperación del 99% respecto a la actividad ciclista anterior al estallido de la pandemia del covid-19, es decir, se puede decir que se ha recuperado completamente la normalidad y el servicio funciona plenamente, Aunque la actividad de los Bicibox ha ido en aumento a lo largo de todo el año pasado, los meses de junio y octubre de 2022 fueron los meses con más activos y acumularon 559 y 562 estacionamientos respectivamente.

Hasta el año 2020, la ocupación de los cubículos para bicicletas metropolitanos mantenía un crecimiento constante, que fue detenido de forma abrupta por el confinamiento y las restricciones del coronavirus, una situación que redujo la actividad de forma considerable.

Solo con energía solar

El sistema de aparcamientos Bicibox del aeropuerto pratense fue puesto en marcha en 2014 y funciona exclusivamente con energía solar. El servicio, completamente gratuito, también es totalmente seguro. Cada cubículo dispone de una oferta de plazas de entre 7 y 14 bicicletas.

La iniciativa de los aparcamientos para bicis en el aeropuerto ha abierto la puerta a que aumente el número de empleados de la infraestructura que utiliza este medio de transporte para desplazarse hasta su puesto de trabajo si viven en las localidades cercanas. Los Bicibox metropolitanos están además muy bien comunicados por la red de carriles bici que une las dos terminales barcelonesas con los municipios colindantes.