La AMB ha reactivado las tareas de mantenimiento aplazadas por las restricciones de agua —como la puesta a punto de riegos por aspersión o el resiembro de praderas— y aplica criterios de consumo racional. Paralelamente, consolida medidas estructurales ejecutadas durante el episodio de sequía para mejorar la adaptación y la resiliencia de los parques.
Tras el paso a fase de normalidad, el servicio integral de mantenimiento puede operar sin limitaciones hídricas, aunque con control del gasto y priorizando actuaciones que recuperen estándares de confort y seguridad en el uso ciudadano.
Actuaciones de mantenimiento reactivadas
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Revisión, reparación y puesta en marcha de las instalaciones de riego por aspersión, inactivas desde febrero de 2023 por la fase de excepcionalidad.
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Limpieza completa de las redes de saneamiento (antes solo se actuaba en tramos con obturaciones relevantes).
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Reposición global de pavimentos de zahorra (sauló), más allá de arreglos puntuales por regueros profundos.
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Limpieza de mobiliario y retirada de grafitis optimizando el consumo de agua asociado.
Medidas estructurales para la adaptación y la resiliencia
Durante el decreto de sequía —como ya se hizo en 2007-2008— la AMB ha trabajado en cuatro líneas estratégicas para preparar los parques ante futuros episodios extremos:
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Mejora de suelos en 12 parques para optimizar la plantación de más de 600 árboles, aumentando la capacidad de retención de lluvia y su disponibilidad para el arbolado.
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Modernización del riego: renovación de más de 2.000 metros de redes generales para reducir fugas; ampliación del riego automático con más de 70 sectores por goteo; y renovación y ampliación de la telegestión en 11 parques.
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Implantación de praderas floridas: conversión de 4.000 m² de céspedes regados en prados de flor que respetan ciclos biológicos, reducen el consumo de agua y potencian la biodiversidad. Esta línea se complementa con la revisión de especies arbóreas y arbustivas pendientes de reposición, seleccionando variedades más resistentes a altas temperaturas y sequía.
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Plantación de más de 27.000 unidades de especies adaptadas al estrés hídrico y de bajo requerimiento hídrico.
Con estas actuaciones, la AMB avanza hacia unos parques más eficientes en el uso del agua, con mayor valor ecológico y mejor preparados para afrontar escenarios climáticos cada vez más exigentes.