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¿Queremos educar para una sociedad como la china?

¿Queremos educar para una sociedad como la china?

sábado 06 de septiembre de 2025, 15:58h
En un mundo dominado por avances científicos y tecnológicos, el modelo educativo chino emerge como un referente de excelencia en disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Sus estudiantes destacan en evaluaciones internacionales como PISA, gracias a un enfoque riguroso que prioriza la disciplina, el esfuerzo memorístico y la competencia feroz. Sin embargo, esta aproximación suscita interrogantes sobre su idoneidad para sociedades occidentales, donde los valores humanísticos constituyen el pilar de la formación integral.

Críticos del sistema chino señalan que, aunque eficaz en generar resultados cuantificables, promueve un aprendizaje superficial y mecanicista, que relega las humanidades a un segundo plano. Como indica un análisis sobre la educación en China, el énfasis en el “sufrimiento” como parte inherente del aprendizaje contrasta con el enfoque occidental, que busca fomentar el disfrute y la creatividad para un desarrollo de mayor bienestar emocional, mental y social. Además, el dilema de las humanidades en China revela una crisis, donde estas disciplinas se perciben como “atrasadas”, limitando la capacidad para cultivar el pensamiento crítico y ético esencial en democracias liberales.

Ante esta realidad, es prudente adoptar de una manera gradual las reformas educativas. No se trata de rechazar por completo los logros chinos, como su inversión en STEM para impulsar la innovación, pero sí de integrar selectivamente lo funcional sin imitar un modelo que podría erosionar valores occidentales como la libertad individual, la pluralidad y el humanismo. Las humanidades no son un lujo prescindible; son el contrapeso necesario para una educación que forme ciudadanos éticos y adaptables, capaces de cuestionar la tecnología en lugar de someterse a ella.

En definitiva, no aspiramos a replicar una sociedad como la china, caracterizada por su autoritarismo educativo y énfasis utilitario. Optemos por un equilibrio, potenciar el STEM con prudencia (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas integradas) pero preservando las humanidades para salvaguardar nuestra herencia cultural y promover un progreso sostenible y humano. III

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