‘El Llobregat’ se sumerge en un día de rodaje del film del director venezolano Mel Álvarez grabado íntegramente en el Baix Llobregat. El largometraje tiene como escenarios naturales parajes míticos de Corbera como el ‘Pessebre Vivent’ o sus viejas casas de pueblo
Pocas veces se tiene ocasión de colarse en el rodaje de una película pero El Llobregat ha tenido la suerte este verano de disfrutar como convidado de lujo del gran plató en el que se ha convertido Corbera de Llobregat, por mor de la filmación del largometraje Más allá de la montañaa, del venezolano Mel Álvarez. Hemos sido testigos de excepción de cómo en las laderas silenciosas, donde los cuentos parecen susurrados por los árboles y las piedras aún guardan memoria, la cinta escrita y dirigida por Álvarez ha empezado a gestarse con el pulso de lo íntimo y lo colectivo. Focos, trípodes, actores, técnicos, claquetas, escenarios magníficos en plena naturaleza y sets de grabación en mitad de la calle o dentro de una casa del pueblo se han mostrado tal como son para narrar una historia, entre fantástica y familiar, que versa sobre el regreso, el perdón y el poder sanador de las propias leyendas.

Luces, cámaras, acción. El pasado 1 de agosto empezó el rodaje del film Más allá de la montaña, producido por Huella Films, bajo la batuta de Álvarez, un apóstol fiel del cine independiente, poético y comprometido con el territorio. El rodaje ha sido muy especial porque se ha grabado íntegramente en el Baix Llobregat (no demasiado dado a codearse con el cine) y en concreto en uno de sus enclaves de mayor belleza y encanto por su naturaleza, por sus gentes y por su esencia: Corbera. Y este privilegiado paraje se ha mimetizado durante semanas como el escenario perfecto para llevar al celuloide el concepto que el director tenía en su mente cuando ideó la película y que ha encontrado en Corbera el mejor espejo en el que reflejarse. El guión requería de una ambientación singular, solo disponible en este municipio genuinamente “de montaña”, como reza (y no es coincidencia) en el título de la película.
Una verdad muy personal
Álvarez explica que Más allá de la montaña nace de una verdad muy personal. “Llega un momento en la vida en que los caminos más lejanos nos llevan de vuelta a casa. Y ese regreso no es un fracaso: es una revelación”, incide el venezolano, que vive a caballo entre Barcelona y Miami. El guión toma esa intuición como punto de partida para explorar los vínculos familiares, el duelo y el poder de las historias para sanar.

La grabación del largometraje se ha focalizado en varias localizaciones singulares de la localidad entre las que destaca sobremanera la Penya del Corb, un paraje natural de más de 14.000 m² que es archiconocido porque desde 1962 se representa entre sus escarpadas estribaciones el Pessebre Vivent, posiblemente el más espectacular de todos cuantos se hacen en España. El Pessebre Vivent, el símbolo cultural más potente de Corbera, no solo ha funcionado de decorado, sino de inspiración visual, como un escenario que fusiona tradición, naturaleza y espiritualidad.
Pasajes navideños y Gorgs
Además de los lugares fácilmente reconocibles por ser el escenario de pasajes navideños (como el puente en las alturas, las zonas de pastoreo o la recreación a escala real del poblado de Belén) también se han hecho un hueco como fondo animado los Gorgs (o cascadas de agua que esconde el bosque) y que no son tan conocidos por el visitante navideño. La mayoría de los frames de Más allá de la montaña se han grabado en espacios corberenses aunque se ha colado alguno filmado en la vecina Sant Andreu de la Barca, otro buen exponente de la belleza paisajística del Baix Llobregat.

Siendo testigo de la grabación de las primeras escenas da la sensación de que la película es un traje hecho a medida para Corbera, no ha sido del todo así. Las primigenias localizaciones del film se elucubraron en algún punto de los Pirineos, que también ofrece espectaculares parajes montañosos. Pero a la cordillera le faltaba algo. Algo que Corbera desprende a raudales, algo imprescindible para crear el ambiente que director necesitaba para poder contar la historia que quería contar: “magia”. Además, los parajes de Corbera -aunque son un referente comarcal- no son tan conocido más allá del Baix, lo que los convertía en idílicos en tanto que virginales.
Los promotores jugaban con ventaja
No fue un encuentro casual. Los promotores de la película jugaban con una cierta ventaja. Jaume Najarro, productor y actor en Más allá de la montaña, conocía perfectamente Corbera y sus fantásticas ubicaciones porque había vivido ahí hace diez años, lo que aportó una perspectiva de primera mano sobre la localidad. Pero además, hacía algo de trampa porque en este periodo también grabó dentro de los lindes del Pessebre Vivent la película Capa Negra, estrenada en el año 2018 y basada en la vida del célebre bandolero del Baix Llobregat.

Director, productora y elenco de actores coinciden en señalar que uno de los aspectos que más les ha sorprendido y agradado de Corbera durante la grabación ha sido “la hospitalidad desinteresada que los vecinos han aportado al proyecto”. Todos y cada uno de los habitantes a los que de una forma u otra ha afectado el rodaje han puesto desde el principio su granito de arena para que el proyecto saliera adelante. La implicación local ha sido clave. Empezando por el Ayuntamiento, toda la comunidad ha brindado un fuerte respaldo a la producción, cediendo espacios privados y colaborando activamente en la logística del rodaje. Y todo porque sí, porque está en sus genes y por el orgullo que supone que la gran pantalla reproduzca mágicamente sus espacios cotidianos.
Rodaje dentro de casas habitadas
El equipo de localizaciones ha sido capaz de convertir en sets cinematográficos diferentes espacios abiertos de la localidad pero también espacios cerrados como el interior de casas (habitadas) del pueblo. La selección fue exhaustiva porque se necesitaba que las viviendas “encajaran a la perfección en el guión y en la historia que se quería contar”. Y así se llegó hasta Maria Teresa, una de las dueñas de Cal Cafeter, una casona de Corbera convertida en plató y adaptada hasta el detalle al relato que se narra en la cinta. “Me hace ilusión que salga mi casa. Es tan antigua...”, comenta Maria Teresa. La emoción de la mujer es inenarrable porque Cal Cafeter es la vieja casa que la vio nacer. Así que ella también forma, de alguna manera, parte del corazón de la égloga de Más allá de la montaña.

Pese a haber descubierto unas localizaciones de ensueño y pese a contar con la inestimable ayuda de unos vecinos tan receptivos, no todo ha sido fácil en los días de rodaje. Las largas jornadas de filmación han coincido con la ola de calor de agosto, la más larga de todas las de este verano, lo que ha puesto todo más cuesta arriba para el equipo, en tanto que hizo más difícil la grabación.
Experiencia positiva con el entorno y las gentes
Pese al calor, el proyecto y el trabajo se han sobrellevado con la misma ilusión. Los diferentes actores que forman parte del reparto califican como “muy positiva” la experiencia que les ha brindado esta película. Y si hay algo en lo que el parecer es unánime es en la riqueza y el privilegio del entorno donde se ha emplazado el rodaje, amén de la generosidad de sus habitantes. “Las personas en este pueblo son muy abiertas, nos han invitado a venir en invierno” comenta la directora de producción de Huella Films, dando a entender con sus palabras que han sido más que bien recibidos.

La directora de producción reside en Igualada (Anoia) y aunque de su casa al set de grabación hay un largo trecho en coche, que debía recorrer diariamente, la distancia para nada le ha supuesto “un sacrificio. Ni mucho menos”, corrobora. Además, con un enclave que ofrece tanto no es un problema tener que desplazarse hasta él para que el resultado final del film sea un rotundo éxito. No es la única que piensa así. Irene Santos, otra miembro del equipo, todavía se hace cruces con lo que ha descubierto entorno a la Penya del Corb. “Cuesta a veces asociar que Corbera es un pueblo a solo 20 minutos de Barcelona” afirma, porque parece de otro mundo, de otro tiempo. Santos confiesa que nunca llegó ni siquiera a imaginar que un lugar podría coincidir tanto con lo que exigía este guión como las localizaciones encontradas en pleno Baix Llobregat.
Coproducción entre Miami y Cataluña
Más allá de la montaña es una coproducción entre Miami (EEUU) y Cataluña. Su elenco está integrado por actores de diferentes procedencias, algunos incluso internacionales. Como es el caso de Jose Vicente Pinto, con amplia trayectoria en producciones de Telemundo, quien vive actualmente en Miami, aunque hace años se dejó caer como visitante por Barcelona y Madrid. Pinto ha aprovechado su estancia en Cataluña para descubrir rincones tan espectaculares como los que derrocha Corbera y que ha conocido gracias a su participación en la película.

También hay actores del propio Baix Llobregat, como Bruno Morales, de 12 años, el benjamín del rodaje y residente en Viladecans. Morales no está seguro de si había estado en Corbera antes de este rodaje pero con independencia de ello se ha tomado “con muchas ganas” el proyecto. De un poco más lejos (el Garraf) es otra de las actrices del elenco, Alegría López, quien ya conocía Corbera por unos amigos que residen ahí. Pero López ha quedado igualmente impactada por la acogida vecinal y está “enormemente agradecida” a Huella Films por el trato que le ha dispensado. La actriz se ha tomado representar el personaje que encarna en Más allá de la montaña “como un reto profesional” que aportará “riqueza” a su registro como actriz profesional en futuros papeles.
Caras conocidas de series de televisión
En el elenco también tienen cabida actores residentes en Barcelona y con una gran trayectoria profesional a sus espaldas en la industria cinematográfica como son Pep Antón (conocido por series televisivas como El cor de la ciutat, Nissaga de poder o La Riera) y Montserrat Alcoverro (también popular por su interpretación en El cor de la ciutat o en Acacias 38). La fotografía corre a cargo del canadiense Ismail Alberto Ali, también co-productor del film, cuyo enfoque sensorial y estético se alinea con la dimensión mágica del relato.

Montserrat Alcoverro reconoce que “si Corbera me dice ven, lo dejo todo”, sorprendida como ha quedado por la belleza del set. La actriz, nacida en el barrio de La Torrassa, en L’Hospitalet, (aunque se considera “una trabajadora de la cultura en el mundo”) ha aprovechado sus devaneos artísticos por el Baix para hacer apología “de la importancia que tiene descentralizar todo un poco en el cine, de forma controlada y conseguir sacar las producciones fuera de la ciudad de Barcelona”. Buscar escenarios más allá de la gran metrópoli hace que las historias “cobren vida más allá de un plató”, asegura la actriz. Pep Antón coincide plenamente con su compañera de rodaje especialmente en lo que se refiere a que el entorno elegido para la filmación “va a favor de lo que se quiere explicar en la película, porque está dentro de una esfera de magia”, sostiene con contundencia.
El presagio de un producto excepcional
El rodaje de Más allá de la montaña, y todo lo que va a venir después, es un gran cóctel donde se mezclan un gran elenco de actores, una producción que se desvive por este proyecto -con tanto empeño como le está poniendo al film- y con un espacio de rodaje en plena naturaleza y lleno de ese halo misterioso como el que ofrece Corbera. Todo ello, unido al ingrediente inesperado de contar con un vecindario tan unido y colaborador, solo puede presagiar que todo este proceso de grabación va a convertirse en un producto excepcional cuando la película se haga al fin una realidad de celuloide en post-producción.

Y una vez la cinta se estrene en las salas de cine de la comarca y de más allá, y cuando cada proyección de la misma acabe, sesión tras sesión, quedará un mensaje subliminal en la mente de los espectadores: Más allá de la montaña es una hospitalaria puerta de entrada al maravilloso y mágico paisaje natural del Baix Llobregat. III
