17/10/2025@10:16:50
Durante semanas, una banda de ladrones con base en L’Hospitalet de Llobregat convirtió las noches del Baix Llobregat en su particular campo de operaciones. Desde su piso del extrarradio barcelonés planificaban golpes rápidos y precisos en casas de urbanizaciones aisladas que elegían con precisión en Castelldefels, Sant Esteve Sesrovires y otros municipios catalanes que les reportaban pingües botines. Hasta que un error —y la paciencia de los Mossos d'Esquadra para hacerles un seguimiento, porque utilizaban coches alquilados por terceras personas— puso fin a su racha de asaltos justo a las puertas del piso de la segunda ciudad de Cataluña que tenían comlo almacén y centro de operaciones.