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El Baix Llobregat suma población y se consolida como el segundo gran polo residencial metropolitano

El Baix Llobregat suma población y se consolida como el segundo gran polo residencial metropolitano

martes 04 de noviembre de 2025, 18:30h
Ni boom inmobiliario ni éxodo silencioso: el Baix Llobregat va s su propio ritmo en incremento de población, protagonizando una particular revolución tranquila. La comarca, que roza los 851.000 habitantes a comienzos de 2025, crece de forma sostenida y ordenada gracias a un saldo migratorio positivo de más de 9.400 movimientos en 2023, según el Observatori Comarcal. La mayoría de los nuevos vecinos procede del extranjero o de otras zonas de Cataluña, atraídos por su buena conexión con Barcelona, sus precios de vivienda más asumibles y una calidad de vida que combina tejido industrial, servicios consolidados y entornos naturales como el delta del Llobregat o el parque del Garraf. Mientras algunos municipios pierden población hacia el resto de España, otros como Cervelló o Sant Esteve Sesrovires lideran la llegada de residentes, reflejo de un mapa comarcal en transformación. Familias que regresan, jóvenes que buscan su primera vivienda o recién llegados del extranjero configuran un Baix Llobregat que se consolida como refugio residencial de la Gran Barcelona, creciendo sin estridencias, pero con paso firme.

El Baix Llobregat está en contínuo movimiento y este dinamismo se puede comporbar también su su censo de residentes. En sus 30 municipios, la población cambia de casa, de barrio y, a veces, de vida, pero sigue encontrando en esta comarca metropolitana un lugar donde asentarse y echar raíces. Según el último informe del Observatori Comarcal del Baix Llobregat, hecho público este martes y elaborado a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), el territorio cerró el ejercicio del año 2023 con un saldo migratorio positivo de 9.452 movimientos, lo que significa que llegaron más nuevos habitantes de los que se marcharon.

La cifra puede parecer fría, pero detrás hay todo un ramillete de historias personales: jóvenes que vuelven al hogar familiar tras una temporada en Barcelona, parejas que buscan piso en municipios mejor comunicados, familias recién llegadas del extranjero que encuentran en el Baix su primera oportunidad de arraigo. En total, durante 2023 se registraron 11.867 cambios de residencia entre municipios de la propia comarca, una señal de vitalidad demográfica que mantiene el pulso del territorio.

Crecimiento con cierta moderación

Sin embargo, el crecimiento se produce con cierta moderación. La tasa de migración neta, que mide el número de entradas menos las salidas por cada mil habitantes, se situó en 11 por mil, por debajo de la media catalana (15,2 ‰) y metropolitana (15,1 ‰). En otras palabras, el Baix crece, pero sin sobresaltos. “La comarca sigue siendo atractiva, pero su crecimiento es más ordenado y equilibrado”, explican desde el Observatori Comarcal.

El informe revela que la mitad de quienes llegan al Baix Llobregat proceden del extranjero (45,7 %) y casi otro tanto desde otros municipios de Cataluña (44,1 %). El resto viene del conjunto de España, aunque ese flujo ha crecido de manera notable, un 7,5 % más que el año anterior. En cambio, la llegada de personas procedentes del extranjero se redujo ligeramente, un 1,6 % menos que en 2022. También las salidas aportan su propio relato. Más de la mitad de quienes abandonan la comarca lo hacen hacia otros municipios catalanes —principalmente del área de Barcelona—, una cifra que ha descendido un 0,9 %. En cambio, la emigración al extranjero ha aumentado un 13,9 %, y el total de personas que dejan el Baix creció un 2,3 %. Es decir, hay más movimiento, pero también más retorno o intercambio.

Jóvenes activos, movilidad laboral y equilibrio por sexos

La movilidad tiene rostro joven. Tres de cada cuatro traslados los protagonizan personas en edad laboral (entre 15 y 60 años), un dato que demuestra el peso de la economía y el empleo en las decisiones residenciales. Muchos buscan mejorar su acceso al transporte público, vivir más cerca del trabajo o, sencillamente, pagar menos alquiler. En términos de género, el número de hombres supera ligeramente al de mujeres, tanto en inmigración (50,4 %) como en emigración (52,7 %), aunque el saldo migratorio es positivo para ambos.

El Baix Llobregat es, por tanto, una comarca de ida y vuelta. No solo recibe población, también la redistribuye. En ese intercambio constante, el Barcelonès —con Barcelona como epicentro— sigue siendo el principal interlocutor. De hecho, el Barcelonès expulsa más población hacia el Baix Llobregat (12.196 movimientos) de la que atrae desde él (8.488), lo que confirma el papel de la comarca como espacio de “segunda corona” metropolitana: bien conectado, pero más habitable.

Contrastes locales: Cervelló y Sant Esteve Sesrovires lideran la atracción

El mapa interno de la comarca es variado. Municipios como Cervelló y Sant Esteve Sesrovires registran las tasas más altas de migración neta positiva, con 20,2 ‰ y 20,1 ‰ respectivamente, lo que significa que ganan habitantes de forma constante. En el extremo opuesto, Torrelles de Llobregat (-10,2 ‰), Martorell (-4,5 ‰) y Sant Climent de Llobregat (-1 ‰) pierden población por salida. En estos casos, los precios de la vivienda, la oferta laboral o las conexiones de transporte pueden influir en las dinámicas migratorias.

Con todo, el balance final es positivo. Según los últimos datos del Idescat, la población del Baix Llobregat alcanzó 850.605 habitantes a comienzos de 2024, casi 9.000 más que el año anterior. Desde hace una década, la comarca crece a un ritmo estable, sin los picos migratorios de los años 2000, pero también sin los descensos registrados tras la crisis de 2008. El perfil demográfico se mantiene equilibrado: una población envejecida, pero compensada por la llegada de personas jóvenes y familias procedentes del extranjero. Este flujo contribuye a rejuvenecer municipios medianos e incluso pequeños, que en los últimos años habían perdido población residente.

Entre la estabilidad y el reto de la planificación

La fotografía final es la de una comarca que crece, pero con sensatez. El Baix Llobregat consolida así su tradicional papel como territorio de acogida y movilidad, y se consolida como una pieza clave dentro del área metropolitana, que además absorbe parte de la presión residencial de Barcelona. Pero ese crecimiento —aunque moderado— también plantea desafíos como garantizar vivienda asequible (en especial a los más jóvenes), mejorar la red de transporte y evitar los desequilibrios entre los diferentes municipios, tan dispares en muchos elementos.

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