EDITORIAL
07/11/2025@14:58:00
Tal como suena. La construcción de la autovía B-25 en Sant Boi se asemeja al cuento de nunca acabar. Aplazamiento, tras aplazamiento, tras aplazamiento. Pero ahora sí, después de más de dos años de espera, parece que por fin se empieza a atisbar el final de un túnel que incluso podría conducir a una sorpresa viaria positiva antes de final de año. Pero mientras los trabajos avanzan -demasiado lento para los damnificados por los atascos y más completos y mejores para el consistorio local-, la ansiada B 25 sigue siendo el escenario donde, de forma cotidiana (más en hora punta), se juega una partida congestionada y descompensada, en la que los conductores se enfrentan en inferioridad de condiciones a kilómetros de espera y de paciencia forzosa atrapados en las autopistas C-32 y A-2. Justo las dos grandes arterias de acceso a Barcelona que la B-25 conectará de forma directa cuando esté acabada.