A Rafael Vidal, nacido en la Maternidad de Barcelona; a sus 71 años, casado con dos hijos y tres nietos; le parece que la imagen de su padre (mosso d’esquadra) uniformado de azul, con su gorra de plato y pistolera, yendo a su trabajo diario al Palacio de la Diputación ( hoy de la Generalitat) le influyó para elegir su mismo destino profesional. En una etapa de incipiente desarrollo económico, a los 14 años empezó a trabajar como aprendiz en un taller de electricidad y fontanería de Sant Boi. Allí aprendió los rudimentos del oficio de electricista a través de la enseñanza del sr. Raja, alguien al que aún recuerda con emoción. Ya enseñado, meritó su especialidad en algunas empresas locales y cursó el Bachillerato elemental de la época. Voluntario al servicio militar en la Policía Militar por dos años y al acabar retornó a su primer oficio.
