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LA CONTRACRÓNICA

La verbena más desmadrada en primera persona: Hogueras, alcohol y reguetón en la playa de Castelldefels
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La verbena más desmadrada en primera persona: Hogueras, alcohol y reguetón en la playa de Castelldefels

Por Márjori Andrés
sábado 05 de julio de 2025, 13:00h
Miles de jóvenes del Baix Llobregat celebran la noche de Sant Joan en Castelldefels: mar, arena, pirotecnia, baile y acampada. De Les Botigues de Sitges a Gavà, un continuo de casi 10 kilómetros de fiesta ininterrumpida hasta al amanecer da la bienvenida al verano.

Castelldefels, con una lámina de cinco kilómetros de playa de arena fina, tiene un potencial turístico y gastronómico que no deja de crecer.Cuenta con un sugestivo paisaje y con 20 hoteles, 16 apartahoteles y unos 300 bares y restaurantes. Es la joya del Baix Llobregat y, por extensión, del área metropolitana de Barcelona. Desde hace décadas, miles de habitantes de la metrópolis eligen la ciudad para celebrar la verbena de Sant Joan: mar, arena, brisa, estrellas, pirotecnia, baile, fiesta y alcohol. Es “lo habitual”, dicen los asistentes, y también el reverso de la campaña A la nit, una altra moguda que impulsa el Ayuntamiento de Castelldefels para alejar a la juventud de la fiesta, las drogas y las borracheras.

Noche del 23 de junio. Aún no se ha puesto el sol, y cientos de personas están apostadas en la playa del Baixador. Llegan con sus bártulos: neveras, tiendas de campaña, antorchas, carpas, sillas, mesas, braseros, botellas, bolsas con comida, material de pirotecnia… ¿Su objetivo para las siguientes horas? Celebrar el solsticio de verano, explican, en su lugar favorito del área metropolitana. “La gran anchura de la playa de Castelldefels me evoca a mi país y a Suramérica”, indica un joven de ascendencia argentina frente a un tramo del paseo marítimo totalmente cortado al tráfico, no muy lejos del apeadero de Renfe en el que un atropello acabó en 2010 con la vida de 12 jóvenes, latinoamericanos en su mayoría. Como cada año por estas fechas, una corona de flores frescas recuerda en la estación a los fallecidos en el fatídico accidente ferroviario.
Como el chico al que esta playa le recuerda sus orígenes, otros jóvenes están aquí hoy para celebrar la noche más corta del año bebiendo junto al mar hasta al amanecer. En la playa, hundida en la arena, destacan una hoguera que algunos visitantes se animan a saltar para “dejar atrás la mala onda, las malas vibraciones”. Está prohibido hacer hogueras en la playa, pero si es por un buen propósito…

Carpas blancas con altavoces

No muy lejos de allí, a la altura de una estatua de Lorenzo Quinn, los recién llegados han instalado en la arena varias carpas blancas desde las que los altavoces escupen ritmos sincopados emparentados con la salsa y el reguetón. Se ven los primeros bailes de la noche, y también los primeros efectos de la ingesta vespertina de alcohol. Un retrato de Diego Armando Maradona escruta todo cuanto sucede desde la fachada del restaurante Pizza Sur. Sin duda, esta zona del litoral castelldefelense tiene durante la verbena de Sant Joan un marcado sabor latino.

En una noche como la del 23 de junio, la playa pertenece a los fiesteros hasta las 6:30 de la mañana. Desde la playa de Les Botigues de Sitges hasta la de Gavà, pasando por las de Baixador, Lluminetes y La Pineda. Un continuo de unos diez kilómetros de fiesta al aire libre. Después, las brigadas de limpieza municipales deberán esforzarse en retirar montañas de basura para que, antes de las 9:00, todo esté a punto para la llegada de los primeros bañistas. Pero antes de que actúen los servicios de limpieza, son muchas las cosas que van a pasar aún en el distrito de Castelldefels playa.

Blindaje con 200 agentes

Durante la celebración de la verbena, la zona de la playa de Castelldefels está blindada con hasta 200 agentes de la Policía Local y de los Mossos d’Esquadra además de numerosos profesionales de la seguridad privada. Pero ni siquiera ese fuerte dispositivo pudo evitar que jóvenes alborotadores protagonizasen disturbios a partir de las dos de la madrugada. Fue en las proximidades de la plaza de las Palmeras -en la playa de la Pineda- donde unos desconocidos la emprendieron a pedradas y botellazos contra los uniformados.

La chispa, según informaciones policiales, la prendió un individuo que quemó un lavabo portátil instalado en medio del paseo marítimo. El resultado: dos agentes de los mossos y un efectivo de Protección Civil heridos leves, cinco detenidos y destrozos en el mobiliario.

Una manera absurda de ensuciar una noche mágica que, en el Mediterráneo, para muchos es la más atractiva del año. Por encima incluso de la del 31 de diciembre. III

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