Tras meses de obras, este mes de julio entra en funcionamiento el esperado carril bus de la B‑23, que conectará Sant Feliu con la avenida Diagonal de Barcelona a lo largo de 7,2 kilómetros. La nueva infraestructura, ubicada en la mediana de la autovía sin restar carriles al tráfico privado, permitirá ahorrar hasta 15 minutos por trayecto en hora punta. Con una media de 600 expediciones diarias, beneficiará a unos cuatro millones de usuarios al año.
La obra, que ha contado con una inversión de 20,8 millones de euros cofinanciada por los fondos Next Generation, la Generalitat y el Ministerio de Transportes, se complementa con una mejora general de la red de autobuses interurbanos del Baix Llobregat. También se prevé que este otoño se oficialice el traspaso de la B‑23 del Estado a la Generalitat, marcando un nuevo capítulo en la gestión del transporte en el área metropolitana.

Unas semanas antes, el protagonismo ya lo tenía la bicicleta. El nuevo carril bus‑bici que une Esplugues, L’Hospitalet y el distrito barcelonés de Les Corts está ya operativo en el eje de Laureà Miró. Con 3,1 kilómetros de recorrido, este carril compartido permite mejorar notablemente la conexión ciclista y el paso de autobuses metropolitanos desde el Baix hacia el centro de Barcelona. A lo largo del trazado, en zonas más anchas como Can Rigal o Collblanc, se han instalado carriles bici segregados para garantizar mayor seguridad a los ciclistas.
Conexión metropolitana
Esta nueva vía enlaza directamente con la Bicivia 4, un eje estructurante de la red ciclable del Área Metropolitana de Barcelona, que atraviesa buena parte del Baix Llobregat. Desde Molins de Rei hasta plaza Espanya y Sants, la Bicivia 4 se consolida como una opción realista para quienes se desplazan a diario en bicicleta. El puente de Esplugues, uno de sus puntos clave, ya cuenta con un carril bidireccional de 2,5 metros de ancho, segregado del tráfico rodado, por el que a diario circulan decenas de ciclistas.
Ambas infraestructuras reflejan una tendencia clara: el Baix Llobregat se está convirtiendo en uno de los motores de la movilidad sostenible del área metropolitana. La suma del nuevo carril en la B‑23 y el carril bus‑bici de Les Corts ofrece a la ciudadanía más alternativas al coche privado, en un contexto en el que se busca reducir emisiones contaminantes, mejorar la calidad del aire y facilitar desplazamientos más rápidos y cómodos.