07/11/2025@13:00:00
Tras más de dos años de obras y un sinfín de atascos que todavía se repiten todas las mañanas, la futura autovía B-25 empieza a dar esperanzadoras señales de vida. El nuevo eje viario que unirá la C-32 con la A-2 —y que aliviará el tráfico asfixiante del interior del casco urbano de Sant Boi— encara su fase decisiva. Y con importantes novedades: antes de que termine el año entrarán en servicio los nuevos ramales de interconexión desde la C-31C y la C-32, facilitando la conexión entre autopistas y con el tronco cerntral de la B-25. Este será, sin duda, el primer gran respiro para los sufrifos conductores, tras meses de paciencia infinita. Mientras, el grueso de la obra sigue su curso a muy buen ritmo hacia la esperada inauguración en abril de 2026.