Desde hace unos años, Aena viene trabajando con un concepto que va más allá de vuelos y terminales en términos puramente númérico: el proyecto de las Ciudades Aeroportuarias. La iniciativa pretende dinamizar los terrenos que rodean los aeródromos —dotándolos de hoteles, oficinas, logística y servicios para los pasajeros— como una extensión funcional del aeropuerto mismo. El aeropueto de Barcelona-El Prat y el de Madrid-Barajas serán los primeros en disponer de sendos hoteles conectados directamente con la infraestructura aeroportuaria.

El futuro hotel de la Ciudad Aeroportuaria de El Prat se levantará frente a la terminal T2 y dispondrá de una edificabilidad aproximada de 20.000 m² (1.500 m² más que el hotel planteado para Madrid). El hotel del aeropuerto barcelonés será predominantemente un cuatro estrellas, con al menos 300 habitaciones, y dispondrá de forma complementaria de espacios de restauración, salas de conferencias, gimnasio y zonas comerciales.
Un microcosmos urbano
Lo verdaderamente inédito del proyecto es que será el primer hotel propiamente dicho que se construya sobre los suelos vinculados al aeropuerto con un derecho real de superficie para su operación. Con ello, Aena pretende no solo aumentar los servicios para el pasajero, sino consolidar la idea de que un aeropuerto es también un microcosmos urbano, capaz de combinar tránsito de viajeros y estancias.

Imaginemos un viajero que aterriza tarde en Barcelona como aeropuerto de conexión (gracias a su papel como hub intercontinental) y cuyo siguiente vuelo de salida es a primera hora de la mañana. Hasta ahora, esa persona tenía que desplazarse de madrugada desde las terminales hasta hoteles cercanos (en las proximidades de la autovía de Castelldefels y el polígono Mas Blau de El Prat) o el centro de la ciudad, quedando a merced del tráfico, el transporte público limitado a algunas horas y nervios. Con la entrada en servicio de este hotel, desaparece ese estrés porque el viajero no tendrá que salir del aeropuerto para pernoctar. Pensemos también en el pasajero que llega al hub con tiempo hasta la siguiente conexión aérea y desea descansar, trabajar o simplemente recargar energías antes de retomar su viaje: podrá hacerlo sin salir del recinto aeroportuario.
Diseño arquitectónico flexible y sostenible
El futuro hotel del aeropuerto de El Prat está concebido como un equipamiento de diseño flexible —que podrá adaptar la volumetría y la distribución al espacio existente— siempre que cumpla con unos requisitos de sostenibilidad, identidad arquitectónica y coexistencia con el entorno, tal y como Aena ha plasmado en un Libro Blanco específico para estas ciudades aeroportuarias.

Además, los operadores hoteleros que se hagan con la construcción y gestión del hotel contarán con libertad para cambiar de marca o gestor durante el contrato (reteniendo unos requisitos mínimos de experiencia hotelera aeroportuaria), lo que va a favorecer la implantación de modelos adaptativos y dinámicos en consonancia con el mercado hotelero internacional.
Impulso a la expasión de El Prat
El impulso a la ciudad Aeroportuaria coincide con un escenario temporal en el que El Prat se encuentra en plena expansión. Aena ha obtenido recientemente la aprobación del Gobierno de España para una gran ampliación del aeropuerto, con una inversión de 3.200 millones de euros, que incluirá una nueva terminal satélite, remodelaciones y la prolongación de la tercera pista (o pista mar). Este plan de crecimiento trae de la mano intensos debates medioambientales y sociales. El plan urbanístico que acompaña esta expansión —en el que se autorizaron hoteles, oficinas y viviendas en 328 hectáreas alrededor del aeropuerto— se ha enfrentado (y se sigue enfrentando) a críticas ecológicas por parte de entidades defensoras del Delta del Llobregat.
En paralelo, Aena continúa impulsando el desarrollo logístico en el entorno de El Prat. La sociedad Cilsa acaba de recibir la adjudicación de una parcela de casi 50.000 m² destinada a nuevas edificaciones, mientras que DHL ya ha puesto en marcha una nave de 10.000 m² sobre un solar de 28.500 m² situado dentro del recinto aeroportuario, en el término municipal de Sant Boi. A ello se suman las recientes concesiones para que IAS Handling y Swissport desarrollen sus propias instalaciones.
El precente de Sleep & Fly
Y, aunque a día de hoy el Aeropuerto de Barcelona cuenta con un hotel dentro del aeropuerto —el Sleep & Fly, en la terminal T1—, este establecimiento ofrece habitaciones por horas más que un alojamiento tradicional para estancias prolongadas. El proyecto de Aena promete algo mucho más ambicioso: un hotel a escala completa, operado por grandes cadenas internacionales bajo parámetros arquitectónicos y de sostenibilidad exigentes.

El proceso de licitación se pone ya en marcha. Las empresas interesadas a optar a la concesión disponen de cuatro meses para presentar sus ofertas. En cuanto al derecho de superficie, se ha previsto una duración de hasta 75 años para estos contratos, con un canon variable (según ingresos) y un mínimo garantizado.