El aeropuerto de Barcelona-El Prat Barcelona se prepara para despegar hacia un futuro como hub intercontinental:. El DORA 2027-2031 (Document Regulatory Aeroportuary), el instrumento regulatorio que establece las inversiones aeroportuarias en la red española para ese periodo, incluye la ampliación de la tercera pista (o pista mar), la remodelación de las terminales y la construcción de una nueva terminal satélite interpistas que multiplicará la capacidad del aeropuerto para que alcance las 90 operaciones por hora. Se trata de un proyecto estratégico y polémico, que tendrá que convencer a Bruselas y a los ecologistas.
El Gobierno de España, junto con la Generalitat de Cataluña y el gestor aeroportuario Aena, ha acordado este jueves incorporar en el próximo Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) 2027-2031) la ampliación de la tercera pista del Aeropuerto de Barcelona-El Prat (también llamada pista “mar” por su cercanía a la playa) y la construcción de una terminal satélite junto con otras mejoras estructurales, tras cerrar un presupuesto de entre 3.000 y 3.200 millones de euros para estas actuaciones.
Según lo aprobado, la tercera pista se alargará unos 500 metros, pasando de los 2.660 metros actuales a 3.160 metros. Esto permitirá operar vuelos intercontinentales de fuselaje más amplio desde ambas pistas, no solo desde la pista principal (la más próxima a la T2). Además, Se remodelarán las dos terminales actuales (T1 y T2) y se construirá una terminal satélite entre pistas que estará conectada con la T1 mediante un tren subterráneo. Además, se adecuarán los aparcamientos correspondientes.
Medidas de compensación medioambiental
Para ejecutar el proyecto será necesaria la adquisición de terrenos, así como medidas compensatorias de tipo medioambiental por su impacto en las zonas protegidas del Delta del Llobregat como las lagunas de La Ricarda y El Remolar, ambas pertenecientes a la Red Natura 2000. De ámbito europeo. Entre estas correcciones ambientales destaca la creación de un “anillo verde” alrededor del propio aeropuerto y la renaturalización de decenas o cientos de hectáreas del parque agrario del Llobregat, que deberían ser expropiadas. El proyecto incluido en el DORA 2027-2031 reduce el daño medioambiental respecto a proyectos anteriores,. En concreto, se ha rebajado la afectación a la laguna de La Ricarda en cuanto a la cantidad de metros ocupados de nueva pavimentación y a las zonas de seguridad (RESA), preservando siempre la lámina de agua principal del humedal.
El Plan Director que deberá recoger estas obras y reformas se espera que esté aprobado hacia 2028. Si se cumple este plazo, las obras podrían comenzar alrededor de 2030, con la finalización prevista para el horizonte del año 2033. Uno de los grandes objetivos técnicos de la ampliación del aeropuerto pratense es elevar su capacidad de despegues y aterrizajes hasta las 90 operaciones por hora, frente al tope actual de entre 80 y 85 movimientos de aeronaves a la hora.
Una inversión de casi 13,000 millones en España
El DORA (Document Regulatory Aeroportuary) 2027-2031 es el instrumento regulatorio que establece las inversiones reguladas y las tarifas aeroportuarias para ese periodo. En este plan, Aena propone inversiones para los aeropuertos españoles por un total de aproximadamente 12.888 millones de euros, de los cuales casi 10.000 millones se destinarían a inversiones reguladas. Del paquete global, más de 3.000 millones se asignarán al aeropuerto de El Prat para estas actuaciones de pista, terminales, satélite y mejoras de capacidad, seguridad, calidad y sostenibilidad
La ampliación de la tercera pista de El Prat se presenta como un proyecto estratégico para reforzar la conectividad internacional de Barcelona, atraer vuelos de largo radio y aliviar la sobrecarga que soporta el aeropuerto, que en 2024 gestionó más de 55 millones de pasajeros y se encuentra ya cerca de su límite técnico de capacidad. Sin embargo, el proyecto no está exento de retos y de cortapisas. La oposición de diversos colectivos ecologistas y partidos políticos al proyecto por el impacto que provocará en los humedales protegidos, y la biodiversidad y los consiguientes cambios en el paisaje y generación de ruidos.
Alerta a las objeciones legales y ambientales
La necesidad de cumplir con procedimientos de evaluación ambiental nacionales y europeos (dado que las zonas afectadas forman parte de espacios protegidos bajo normativas europeas de conservación) hace que la última palabra sobre el proyecto la tenga la Unión Europea. Por lo tanto, los costes y plazos previstos podrían en alargarse si surgen objeciones legales o ambientales, especialmente en Bruselas.
Una vez conseguido el visto bueno europeo el camino de la ampliación de El Prat no será fácil pues todo el proyecto conlleva una complejidad técnica, legal y administrativa, generada por la adquisición de terrenos, la elaboración de un Plan Director, la ejecución de las medidas ambientales compensatorias y la obtención de los permisos correspondientes antes de inicio de las obras.
Una reclamación social y económica
La incorporación de la ampliación de la tercera pista de El Prat en el DORA 2027-2031 supone de facto que el Gobierno de España da luz verde a una de las reclamaciones más persistentes para la modernización del aeropuerto de Barcelona encauzadas desde la sociedad civil catalana, en especial desde círculos económicos y empresariales. Con más de 3.000 millones de euros comprometidos, la iniciativa busca responder a la actual presión por acercarse el tope de capacidad de operaciones y la necesidad de abrir nuevas rutas internacionales sin perder competitividad. Y todo eso con el encaje de bolillos que supone compatibilizar el crecimiento del hormigón y la superficie urbanizada con la preservación ambiental de una reserva natural única en el mundo.